La juventud de la edad madura

ASEGURAN que el despertador vital suena a los cincuenta. Seguramente avisa de que nos quedan todavía muchos años por vivir y que aún estamos a tiempo de alcanzar un sinfín de objetivos personales. La expectativa de vida de una mujer es de 86,2 años (la del hombre, 80,4), cuando en 1960 era de quince años menos (71, por 66 los varones). Con más de tres décadas y media por delante, la gente vive los cincuenta en plenitud, sin demasiadas angustias y un montón de proyectos. La generación de los cincuenta es uno de los segmentos de población más atractivos. De acuerdo con el estudio La naturaleza del gasto en España, “es el grupo que más gasta, por encima de la media en todo, ya que, vacío el nido, es el momento de pensar en uno mismo por primera vez en veinticinco años”. Las personas de más de 50 son consideradas por las empresas una clase social: la mitad de los gastos de los consumidores en Estados Unidos –y en Europa prácticamente igual– corresponden a este grupo de población. En el Reino Unido se considera que casi el 80% de la riqueza personal lo atesora este colectivo.

En las páginas de Tendencias dedicamos un reportaje a las madres cincuentañeras de bebés. Algunas famosas como Anne Igartiburu, Halle Berry o Janet Jackson animan a dar este paso. El desarrollo de las técnicas de reproducción asistida ha contribuido a alargar el ciclo de la fertilidad. Algunas multinacionales estadounidenses financian la congelación de óvulos de sus profesionales para que puedan ejercer sus trabajos cualificados sin la presión de la maternidad. La ciencia no está a favor de retrasar los embarazos en demasía para evitar complicaciones, pero la realidad se impone. En los últimos días hemos sabido que Eva Cárdenas (51), la pareja del candidato del PP por Galicia, Alberto Núñez Feijóo (54), esperaba un hijo. Cada vez parece más acertada la frase del escritor Victor Hugo de que “los cincuenta son la juventud de la edad madura”.