La calidad del aire obliga a dar paso al vehículo eléctrico
El AMB la nza la campaña “Canviar d’hàbits és tan necessari com l’aire que respirem” para concienciar sobre la contaminación atmosférica
El aire que respiramos es de mala calidad y está contaminado. Muchas de las enfermedades que afectan a la población a lo largo del año están estrechamente relacionadas con los 292 kg de humo que ingerimos anualmente y cuyo principal causante es el tráfico motorizado.
Esta semana, en el marco de la Semana de la Movilidad Sostenible, muchas ciudades europeas han cortado sus calles para ofrecerlas a los peatones y han vuelto a visibilizar la problemática de los alarmantes niveles de contaminación a los que la población está expuesta.
En este contexto, el AMB ha iniciado la campaña “Canviar d’hàbits és tan necessari com l’aire que respirem”, que se ha lanzado en los 36 municipios del área metropolitana, para concienciar al ciudadano de la necesidad de que se implique en la lucha contra la contaminación atmosférica.
“Es necesario un cambio de hábitos, priorizando el transporte público y los desplazamientos a pie o en bicicleta, para lograr reducir a la mitad la contaminación”
Antoni Poveda, vicepresidente de Movilidad y Transporte del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), explica que cada vez es más necesario “un cambio de hábitos, priorizando el transporte público y los desplazamientos a pie o en bicicleta, para lograr reducir a la mitad el índice de contaminación en los próximos cinco años”. Poveda, que aboga por una movilidad más sostenible, recuerda que “hasta el 80% de la contaminación está producida por el tráfico motorizado y que más de 3.500 muertes al año están directamente vinculadas a la contaminación por el tráfico”.
INCREMENTA EL USO DEL COCHE PRIVADO
Los niveles de contaminación habían descendido durante los últimos años, seguramente, como apunta el vicepresidente de Movilidad del AMB, porque “el contexto de crisis había reducido la movilidad obligada, pero ahora, con un repunte en la mejora de la economía, se está notando una mayor saturación de las calles y de los accesos a Barcelona y se ha incrementado el uso del vehículo privado”.
Este uso del vehículo privado es, precisamente, lo que la mayoría de ciudades europeas está intentando minimizar.
En este sentido, el mercado ya cuenta con una oferta de vehículos eléctricos e híbridos, pero la infraestructura de recarga aún está en fase de desarrollo. En la ciudad existen una treintena de estaciones de recarga rápida gratuitas. Además, según explica Antoni Poveda, las administraciones trabajan para impulsar la renovación de los vehículos privados, la “En más de 220 ciudades europeas ya se han implantado zonas de bajas emisiones”, recuerda Antoni Poveda flota de taxis y la de las empresas de transporte de mercancías “mediante incentivos y bonificaciones”. Así, los propietarios y usuarios de coches no contaminantes podrán beneficiarse de reducciones en las tarifas de los peajes, las zonas azules de estacionamiento o el impuesto de circulación.
LAS ZONAS DE BAJAS EMISIONES
Para sensibilizar la conciencia ciudadana y atacar el problema de la mala calidad del aire, el AMB prevé implantar zonas de bajas emisiones donde se restringirá la circulación de los vehículos más contaminantes. Para facilitar su implantación, se utilizarán las etiquetas que ya ha empezado a enviar la Dirección Dirección General de Tráfico a los propietarios de vehículos, que los identifica por colores de más a menos contaminantes. Está previsto que a mediados del 2017 todos los vehículos estén etiquetados. El AMB tiene sobre la mesa del Consell de Mobilitat (órgano de reciente creación para desarrollar el Compromiso de la Movilidad Limpia y el Plan Metropolitano de Movilidad Urbana) la delimitación de tres zonas de bajas emisiones. Existirá una primera zona, que coincide con los municipios que conforman el área metropolitana, una segunda que estará franqueada por la ronda de Dalt y del Litoral y una tercera dentro de las zonas urbanas que delimitará infraestructuras como colegios u hospitales y núcleos y zonas céntricas de las ciudades.
“En algunas de las 220 ciudades europeas que se ya ha implementado, el funcionamiento de las zonas de bajas emisiones está siendo bien recibido por la ciudadanía”, asegura Poveda.