¡Feliz cumpleaños!
El Montesquiu, 25 años con Javier de las Muelas
Hay lugares con un cariz particular, lugares que aportan uno no sé qué especial a la ciudad. El Montesquiu es uno, un lugar que atrapa sin hacer ruido, que persiste en no dejarse absorber por el paso del tiempo.
Estamos en el Quiu. Podemos comer en la terraza, pero elegimos sentarnos dentro. Desde la mesa vemos –bien colocados– cuadros y fotos que son parte de la vida del local. Discreto y apreciado, el Quiu tiene aquel celo que sólo da el paso del tiempo y que evidencia que las modas pasan pero que el carácter se mantiene.
Había sido una bodega de barrio que vendía vino al detalle y, años más tarde, tapas dignas de imitar. A principios de los noventa, Javier de las Muelas lo adquirió, en buena parte, para mantener el encanto y el hechizo.
Este año cumple 25 años. Un emblema. Alcanzar la condición de emblema es un atributo nada fácil de conseguir. Cualquier proyecto, para envejecer, se tiene que forjar en vínculos de afecto. No dudemos de que gran parte del éxito del Quiu ha consistido en saber ubicarse, siempre, en el corazón de la gente.
Javier es un currante tozudo. Un hombre de un saber refinado, de una curiosidad universal. En su cabeza hierven mil y un propósitos. Su entusiasmo es equiparable a su saber encendido. Cauto con las verdades concluyentes, vive con deleite todo lo que está lejos de la rutina y la banalidad. Y se siente feliz en el ámbito de una sutil ambigüedad anárquica.
Arquitecto de emociones, su reto para mañana nace del entusiasmo de lo que hace hoy y sabe que desde la desatención no se alcanza la eminencia. Instigador tenaz de todo tipo de actos vinculados al arte y la cocina, pertenece a un mundo cuyo valor más preciado es el anhelo de belleza y libertad.
Él es el corazón del Quiu. Como también Mireia González, directora, Pablo Pardo, jefe de sala, e Iqbal Sigh Prince, jefe de cocina.
El día a día nos dice cómo somos. Las pausas nos invitan a replantear el camino. Los años nos enseñan a ignorar la trampa de la tolerancia.
¡Feliz cumpleaños, Quiu!