Agua
Hace un año que Luca de Meo es el presidente de Seat. Bueno, con exactitud 364 días. Lo saben muy bien en el Real Club de Polo porque la noticia saltó precisamente en una noche como la de ayer. Y justo en el palco privilegiado que la firma automovilística dispone año tras año con las mejores vistas a la pista de saltos que acoge la final de la Nations Cup, la competición estrella del CSIO Barcelona desde hace ya cuatro ediciones.
La cita en su conjunto es el concurso de saltos más internacional y también el más antiguo que se disputa en España. Este año cuenta con la participación de personalidades como Marta Ortega, recién regresada de Nueva York donde por fin se ha dejado fotografiar con su enamorado Carlos Torretta. En Barcelona ha vuelto a coincidir con su ex, Sergio Álvarez, quien anoche miraba desolado cómo se inundaba la pista de saltos igual que los flamantes medallistas olímpicos Christian Ahlmann, Ludger Beerbaumm, Nick Skelton o Peder Fredricson.
Como todos, Luca de Meo llegó a la carpa de Seat cobijándose del diluvio. Los truenos y la lluvia fueron los protagonistas no invitados en esta noche que al final no fue hípica, pero que reunió a buena parte de la sociedad civil barcelonesa. Curro Espinós, presidente del Real Club de Polo, ejerció de anfitrión de la velada, donde no faltaron las cenas de gala de rigor. En el de Seat, De Meo recibió a Carlos Godó, consejero delegado del Grupo Godó, Mariano Puig, Rafael Fontana, Joaquim Gay de Montellà, Josep Mateu, el teniente general Ricardo Álvarez-Espejo, Arturo Mas -Sardà, Joaquín Serra y Carlos Tusquets, entre muchos otros que plantaron cara al temporal.
Todos se conjuraron con buen humor y mejor charla para que hoy el sol vuelva a enmarcar este evento reforzado con un village más poderoso que nunca. Tiene una oferta gastronómica de primera, un market, el Brand village, el Kids Park y música en vivo. Y hasta un carrusel auténtico al que Longines invita a adultos y niños.