La Vanguardia

La facilidad de actuar

-

Michel Piccoli juega desde la distancia sobre el desorden natural de los personajes, las situacione­s y el público, y resulta sumamente creíble porque transmite una sensación de facilidad interpreta­tiva. Aunque parece que esté siempre improvisan­do, porque aparenta el mínimo esfuerzo, en el fondo es muy meticuloso. Como los buenos actores europeos sugiere en lugar de mostrarse contundent­e y se siente tímido y púdico, lejos de los métodos dramatúrgi­cos norteameri­canos, psicoanalí­ticos, que conducen al actor al exhibicion­ismo y a la vanagloria. A sus noventa años y con más de doscientas películas, Piccoli, ya retirado, contempla su carrera desde la tranquilid­ad y el recuerdo.

El artista nació el 27 de diciembre de 1927 en París. Su padre, Henri, era violinista, y su madre, Marcelle, pianista. Fue un niño introverti­do, a penas hablaba. A pesar de la buena posición de la familia materna, ellos tenían pocos recursos. Como en el caso de Dalí, el matrimonio tuvo un primer hijo que murió a los tres años y después nació Michel, un azar que le ha dado suerte en la vida y en la profesión. Estuvo internado en un colegio donde por primera vez subió a un escenario para representa­r El traje nuevo del emperador. Tenía 14 años cuando oyó la voz de Hitler por la radio. Su madre le envió a la finca de unos amigos, al sur de Francia. El pequeño recorrió los 500 km hasta el lugar en bicicleta. Después De Gaulle se convirtió en su héroe.

A los 18 años decidió ser actor. Sus padres no le habían llevado nunca al cine ni al teatro, pero en esta ocasión le inscribier­on en un curso de interpreta­ción. Empezó en el teatro Babylone de París y y después estuvo en la compañía de Jean Vilar. Debutó en la gran pantalla en 1949 con Le point du jour. A partir de entonces fue colaborand­o con casi todos los grandes directores franceses: Jean-Luc Godard, Roger Vadim, René Clement, Claude Lelouch, René Clair, Claude Chabrol, Louis Malle, Alain Resnais…

La nómina de realizador­es reconocido­s con los que ha trabajado se amplía con Ettore Scola, Marco Bellocchio, Costa Gavras, Manoel de Oliveira y especialme­nte, Alfred Hitchcock, con quien intervino en Topaz. La relación más estrecha la estableció con Luis Buñuel de quien interpretó hasta seis películas, entre ellas Belle de jour, El discreto encanto de la burguesía y Ese oscuro objeto del deseo. Conoció a fondo al director aragonés en París. Salían a menudo a tomar copas y pronto dejaron de verse como director y actor y se sintieron tan sólo amigos. Piccoli acostumbra­ba a entenderse con sus directores con la mirada. En los rodajes se hablaba poco.

Este tipo de relación nació también entre los actores habituales de Marco Ferreri. En su mítica película La gran comilona, con guión de Rafael Azcona, se juntó un auténtico póquer de ases: además de Piccoli estaban Marcello Mastroiann­i, Ugo Tognazzi y Philippe Noiret que parecían críos mayores jugando a lo prohibido. La historia de los cuatro amigos que se reúnen para morir comiendo a placer, fue tildada de humorístic­a y erótica, pero en realidad es un relato en profundida­d sobre la soledad de aquellos personajes cercanos a los cuarenta años, después del Mayo del 68.

Son muy recordadas también las aparicione­s de Piccoli en dos filmes de Luis G. Berlanga, Tamaño natural, en la que su se relacionab­a con una muñeca hinchable, y la última cinta del director valenciano, París-Tombuctú , de 1999. Entre las últimas películas que Piccoli ha estrenado está Habemus Papam (2011) de Nanni Moretti. El actor ha visitado varias veces España. En el 2003 representó en el teatro Romea de Barcelona y en la bienal de Valencia Je prends ta main dans la mienne ,de Anton Chéjov, bajo la dirección de Peter Brook. En el 2005 leyó unos fragmentos de El Quijote en francés en en Festival de Teatro de Almagro.

El artista estuvo casado con Eléonore Hirt, con quien tuvo a su hija Cordelia. En 1966 se casó con la cantante Juliette Gréco. Al cabo de diez años se separó y en 1980 contrajo matrimonio con la escritora Ludivine Clerc con quien adoptó a dos niños de Polonia.

Ahora Piccoli ya no trabaja porque la memoria le flaquea pero sigue desvelando los secretos de su oficio. Le gusta actuar tal como pinta Edvard Munch. Sus cuadros de lejos representa­n claramente lo que el autor quiere, un árbol, alguien que grita... pero de cerca todo resulta confuso. Del mismo modo uno actúa alejado del público, reflexiona Piccoli, pero conviene ser muy preciso y claro en el trabajo. Sabe adaptarse a los papeles, siempre por los caminos laterales, nunca de frente, como si fuera una marioneta, y con naturalida­d.

Ha rodado más de 200 películas, con casi todos los directores franceses, además de Buñuel, Hitchcock y Berlanga

 ?? MONDADORI PORTFOLIO / ALBUM ??
MONDADORI PORTFOLIO / ALBUM
 ?? FOC KAN / GETTY ?? Arriba, el actor en 1970, con el Coliseo de Roma al fondo. Abajo, en una foto del 2014 en París
FOC KAN / GETTY Arriba, el actor en 1970, con el Coliseo de Roma al fondo. Abajo, en una foto del 2014 en París
 ?? JAUME COLLELL ??
JAUME COLLELL

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain