Urkullu ofrece diálogo entre diferentes
El lehendakari, gracias a la sólida victoria obtenida, promete ser “el presidente de todos”
Político previsible, Iñigo Urkullu no salió del guión anoche y leyó una intervención en euskera y castellano para poner el foco en la necesidad de acuerdo a partir de ahora para afrontar los principales retos de Euskadi. Su objetivo es dotar de “fortaleza” y “la estabilidad” al ejecutivo que presidirá. Entre las carpetas abiertas, una nueva relación bilateral con el Estado que garantice el reconocimiento nacional de los vascos.
“Más autogobierno es más bienestar”, subrayó al lehendakari, ligando los dos debates que han centrado la campaña electoral: el modelo territorial y, sobre todo, la economía. Anoche, en la sede bilbaína de Sabin Etxea, rodeado de una satisfecha plana mayor del partido, reiteró su compromiso electoral de reducir la tasa de paro por debajo del 10%. Ahora no llega al 14%. Por eso, tendió la mano a los otros grupos parlamentarios –felicitó a todos los diputados electos– para pedirles una actitud “constructiva” a partir de ahora. Por su parte, prometió avanzar en un nuevo marco de convivencia “plural” y “entre diferentes”, unas palabras que refuerzan la hipótesis de un acuerdo preferente con los socialistas.
A pesar de ser una persona que contiene las emociones, admitió que el de ayer era “un día feliz” y dedicó la victoria a su familia, sentada en medio de la sala de prensa, detrás de la hilera de cámaras de televisión. Su mujer y sus hijos no pudieron evitar las lágrimas de emoción. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, que ha tenido un papel clave en la campaña, puso en valor el perfil del candidato para entender los resultados de este 25-S. Sin duda, la centralidad que le reconocían todas las encuestas y la buena valoración de los vascos ha sido un ingrediente destacado para entender que la formación que ha gobernado durante la última legislatura haya mejorado en porcentaje de voto y en escaños. Urkullu promete ser “el lehendakari de todos” y ya avisó de que el mandato que ahora empieza –y que el PNV quiere poner en marcha cuanto antes mejor– tampoco será fácil.