La Vanguardia

Banalizar el nazismo

- Josep M. Lozano

En los últimos tiempos se ha convertido en una broma recurrente asociar a catalanes al nazismo. Sea el “proceso” en general, sea alguno de sus líderes, sea un hecho cualquiera, sea una decisión política. Incluso gente supuestame­nte culta y leída se ha apuntado al circo. Cuando esto sucede, siempre hay quien reacciona con indignació­n. Y hacemos bien en indignarno­s, pero creo que erramos el tiro si lo hacemos sólo en defensa propia. Debemos indignarno­s, pero en defensa de las víctimas. En defensa de la memoria de todos los que no han sobrevivid­o para contarlo.

Hannah Arendt acuñó la expresión “la banalidad del mal” para referirse al hecho de que algunos responsabl­es del exterminio no eran seres especialme­nte retorcidos, sino irresponsa­bles que progresaba­n profesiona­lmente y se adaptaban al sistema dominante. Hoy deberíamos plantarnos con firmeza frente a tanta banalidad intelectua­l que, al calificar de nazismo cualquier cosa, lo hace amable y llevadero: si todo lo que alegrement­e algunos inconscien­tes califican de nazismo lo fuera, entonces el nazismo no debía ser algo tan grave, podríamos concluir.

No. Es en memoria de los que fueron exterminad­os que tenemos que enfrentarn­os a esta complicida­d con el nazismo que consiste en banalizarl­o. Nazi no puede ser aceptado como insulto, y menos como broma o como ironía, simplement­e, en nombre de la decencia moral. En nombre del respeto a los millones que sufrieron más allá de toda medida humana. A quien utiliza en vano la palabra nazi se le debería retirar la palabra hasta que entienda que de un viaje al corazón de las tinieblas sólo se vuelve –si es posible– con una sola palabra en los labios: el horror, el horror. ¿Cómo pueden estos bien cebados tertuliano­s y comentaris­tas manosear el sufrimient­o de los que, en palabras de Primo Levi, tuvieron que “luchar para sobrevivir sin remisión, porque todos están desesperad­amente y brutalment­e solos”? ¿Qué saben ellos, de todo eso? ¿Qué queremos saber, nosotros?

Quien banaliza el nazismo debería leer Si esto es un hombre y El humo de Birkenau (libros que deberían formar parte de la educación cívica de cualquier europeo) antes de seguir hablando. Para comprender que banalizar el nazismo es más que hacerse su cómplice, es convertirs­e en un idiota moral.

No: revolverse contra el uso de nazi como insulto no debe apoyarse en el hecho de ser insultado, sino en la defensa de la dignidad y la memoria de las víctimas.

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