Las fiestas de la Mercè seducen a más de un millón de personas
La lluvia de ayer por la tarde obligó a suspender algunas de las últimas actuaciones
Alrededor de 1,2 millones de personas participaron estos días en los diferentes saraos de la Mercè. La última celebración de las fiestas de la patrona de Barcelona se reveló como todo un éxito de participación ciudadana, de cívica y y ejemplar participación ciudadana. En estos términos se expresó ayer el segundo teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni, durante su balance de lo ocurrido estos días tan especiales, unos días que a muchos barceloneses le supieron a poco. En verdad la fiesta se antojó corta y breve, muy concentrada y condensada, sin apenas tiempo para hartarse y desear que se acabara. La lluvia lo apretujó todo. Afortunadamente el piromusical dedicado a Prince y David Bowie se desarrolló sin problemas. A última hora de la tarde de ayer reaparecieron las precipitaciones y un buen puñado de atracciones terminaron antes de tiempo. Y el diluvio del viernes obligó a suspender un montón de conciertos. La fiesta se concentró en muchas menos horas de lo acostumbrado. Además, el día de la patrona cayó en sábado y este año no hubo ningún puente festivo.
“Y precisamente el sábado la Mercè batió sus propios récords y registró una asistencia de más de 625.000 participantes”, subrayó el socialista Collboni. Más de 625.000 personas de fiesta en una única jornada. El líder del PSC hizo estas declaraciones poco antes de la hora de comer. Entonces, como es tradición desde hace mucho, la plaza Sant Jaume estaba del todo atestada, angustiosamente atestada, según los niveles de claustrofobia de cada uno. Mu- chos ciudadanos siguieron las actuaciones castelleras desde muy atrás, desde la calle Ferran, ampliando la muy alejada imagen con los zoom de sus smartphones. Sí, a ratos, estos días, unos cuantos escenarios de la Mercè alcanzaron sus propios límites.
Hasta la feria de entidades de plaza Catalunya, que en las últimas ediciones de la fiesta andó un poco de capa caída, se reinventó este año y en dos jornadas aglutinó a 120.000 personas. Y todo ello dio pie a que la pretendida descentralización de la celebración más grande de Barcelona fuera a la pos-
tre mucho más tímida de lo en principio esperado. La Mercè de los barrios anunciada hace más de un año por la alcaldesa Ada Colau resultó al final un experimento, un prometedor experimento, a afinar en próximas ediciones. Porque el protagonismo del parque de la Ciutadella no cesa de crecer, de crecer demasiado. Estos días recibió cerca de 125.000 visitas. “Desde que se puso en marcha este espacio en su actual formato, hace ahora ocho años –detalló Collboni–, la Ciutadella no ha hecho otra cosa que crecer, y tenemos que saber gestionar el éxito de la Ciutadella. A partir de mañana, desde el Institut de Cultura, comenzaremos a trabajar para ver cómo podemos romper los muros de la Ciutadella y esponjarla”.
El teniente de alcalde responsable de las políticas de cultura se mostró ayer muy satisfecho con la asistencia registrada en los nuevos escenarios de la fiesta, sobre todo la del parque de la Trinitat. No obstante, Collboni reconoció que ahora cabe estudiar si este rincón del distrito de Sant Andreu repetirá durante la Mercè del año que viene, que la fiesta necesita poner aún más el acento en la descentralización si no quiere morir de éxito. El número de visitas del parque de la Trinitat rondó las 21.000. Seis veces y pico menos que el de la Ciutadella. Y es que la afluencia de público en este pulmón verde junto a las rondas durante estos días fue muy voluble. A ratos, sobre todo durante las mañanas y al mediodía, el lugar parecía un poco desangelado. Y esta afluencia no registró sus más altas puntas hasta bien entrada la tarde del sábado. En esos momentos el gentío en la Ciutadella invitaba a buscar otros entretenimientos, en la fábrica de Damm no cabían más personas... La histórica fábrica de la calle Rosselló reunió en esta Mercè a más de 28.000 personas.
La oxigenación que hace años trajo al centro de la ciudad el traslado al Fòrum de los conciertos más masivos no tiene nada que ver con la propiciada estos días por los nuevos escenarios.
La verdad es que el recinto de Fabra i Coats pudo haber disfrutado de un mayor protagonismo. En total estos días reunió a unas 2.500 personas. Durante la jornada de ayer este recinto apenas acogió un par de actos. Y los bailarines, payasos y trapecistas que actuaron en el parque de la Trinitat no eran peores artistas que los que encandilaron a tantos barceloneses en el parque de la Ciutadella. Pero en su conjunto la oferta de uno y otro punto de la ciudad era demasiado dispar, demasiado si lo que de veras se pretende es algo más que tener un detalle con los vecinos del barrio de la Trinitat y lograr que el resto de los barceloneses se plan- tee subir hasta aquí. Aquí en la Trinitat la asociación de entidades sudamericanas de Barcelona Fedelatina sirvió estos días un vacío de ternera con chimichurri muy sabroso. Pero cualquiera que paseara por el parque echaría de menos encontrarse al menos con una o dos de esas estilosas food truck que tanto abundaron en la Ciutadella. Además, la Ciutadella se
planteó como una oportunidad única para ver a un montón de creadores franceses. “Aquí hemos estado muy a gusto, muy tranquilos, sin agobios –explicaron al otro lado de la barra del puesto de vacíos de la Trinitat–... Nada que ver con lo que ocurría en el centro de la ciudad. Supongo que podría haber venido un poco más de gente, pero...”.