Sánchez reta a sus críticos a combatirlo en las primarias
El líder del PSOE optará a revalidar su cargo el 23 de octubre Conmina a quienes lo discuten a dar “un paso al frente” y presentarse Susana Díaz presiona para que dimita y evitar la consulta
“Ha llegado la hora de la verdad”, proclamó Pedro Sánchez tras apretar el botón nuclear y acordar, en una larga y convulsa reunión de la permanente de su ejecutiva celebrada ayer en Ferraz, un duelo final con el que zanjar la guerra del PSOE. Ese duelo, a vida o muerte, se celebraría el próximo 23 de octubre, en unas primarias en las que, con el voto directo de la militancia socialista, se revalide o renueve el liderazgo del partido. Un congreso posterior –los días 2, 3 y 4 de diciembre– ratificaría la decisión de la militancia. Sánchez anunció que él se presentará para revalidar el cargo de secretario general del PSOE, para otros cuatro años. Y animó a quien quiera disputarle el puesto –con la mirada metafóricamente clavada en Susana Díaz– a presentarse al duelo e intentar abatirle... o a callar para siempre.
Pero Pedro Sánchez presentó la pugna como un duelo para dirimir no quién manda en el PSOE, sino si el PSOE se debe abstener para facilitar la investidura de Mariano Rajoy o no. Él defendió que el PSOE no puede ser “subalterno” del PP, sino su alternativa, y reafirmó su empeño en intentar un gobierno alternativo con el concurso de Podemos y Ciudadanos. E instó a que ahora sus adversarios internos también hablen claro, porque señaló que “destacados dirigentes están defendiendo una abstención para facilitar la investidura de Rajoy”. Una posición que calificó de “legítima”, pero de la que aseguró discrepar de plano.
Esas, dijo Sánchez, son las únicas posibilidades encima de la mesa: “O se apoya a Rajoy, o terceras elecciones, o un gobierno alternativo y de cambio. No hay más opciones”.
“¡Es la guerra, total y nuclear!”, celebraron los fieles a Sánchez tras oírle anunciar su propuesta de celebrar un congreso exprés del PSOE. “Esto es reventarlo todo, pero es que había que reventarlo todo porque no podemos seguir así”, admitía otra dirigente del equipo de Sánchez indignada con el acoso y derribo al que aseguran estar sometidos por parte de los críticos. En la trinchera contraria, entre las huestes de Susana Díaz, se escuchó nítido su clamor: “¡Pedro se ha vuelto loco!”. “La huida hacia adelante del congreso es una demostración más de que sólo busca su interés personal”, clamaban en el palacio de San Telmo. Las peticiones de dimisión tras la debacle electoral de la víspera en Galicia y Euskadi se emitieron de manera más o menos implícita. “Hundimiento electoral inmenso –atizó Eduardo Madina–. Deben asumir sus responsabilidades y el PSOE cambiar el rumbo. Un congreso ahora nos lleva a otras elecciones”. Zapatero lo corroboró: “Es absolutamente imprescindible una reflexión política, un debate político, y poner un rumbo seguramente distinto para los próximos meses y años porque los ciudadanos han hablado y la voz de los ciudadanos hay que escucharla”. “Desolado –se reconoció a su vez José Blanco–. ¿Qué más tiene que pasar para que el PSOE reflexione?”. El presidente de Aragón, Javier Lambán, recetó
LOS FIELES DE SÁNCHEZ... “¡Es la guerra! Había que reventarlo todo, porque no podemos seguir así”
... Y SUS CRÍTICOS “La huida hacia adelante del congreso demuestra que sólo busca su interés”
que el PSOE se retire “al rincón de pensar”. Los críticos salieron en tromba contra la “instrumentalización” que a su juicio hace Sánchez para aferrarse al cargo, jugando con la gobernabilidad de España para, finalmente, abocar a una nueva repetición electoral.
Varios dirigentes críticos rechazaron igualmente en la reunión de Ferraz, ante Sánchez, la celebración del congreso. Desde la propia presidenta del PSOE, Micaela Navarro, al también andaluz Antonio Pradas, Carme Chacón –“muy violenta”, según alguno de los presentes– o Luz Rodríguez. Pero ninguno le exigió la dimisión a la cara, según otras fuentes.
“Ha llegado la hora de hablar claro, y decir la verdad. Yo más claro no puedo ser”, insistió Sánchez al término de la cita en comparecencia pública en Ferraz. Su intención, dijo, es que el PSOE sea “un proyecto autónomo, fuerte y unido”, tras retar a todos su críticos, capitaneados por Susana Díaz, a dar un paso al frente para disputarle el liderazgo.
“Aquellos que consideren que tienen un proyecto mejor que ofrecer a la organización y en consecuencia al país, que den un paso al frente y que lo defiendan”, invitó.
Lo que se dirime, insistió, es “una decisión trascendental”. “Porque si nos abstenemos, el PSOE se posicionará en una situación subalterna respecto al PP y yo no quiero eso para el PSOE”. Lo que defiende Sánchez es intentar una alternativa con Podemos y Ciudadanos, frente a una Susana Díaz que ya le advirtió en repetidas ocasiones de que “no se puede gobernar España con 85 diputados”. “No tiene sentido que yo intente hablar con otras formaciones y se me cuestione desde dentro”, reprochó Sánchez. Por eso, aseguró que seguirá hablando “con todas las fuerzas” hasta la cita de las primarias del 23 de octubre. “Porque no podré cerrar ningún acuerdo hasta que no logre el aval de la organización”, dijo.
El comité federal del sábado habrá de ratificar o no el plan de Sánchez. Pero ayer dio por hecha su jugada maestra, y negó que se la puedan tumbar: “Esa votación saldrá adelante. Me podrán creer o no, pero saldrá adelante”, zanjó. Los críticos, ahora, habrán de decidir si deciden plantear batalla a Sánchez el sábado o antes incluso. Si no lo hacen, o no lo consiguen, habrán de decidir si presentan un candidato alternativo a Sánchez para las primarias. Y si no lo hacen o no lo consiguen, o incluso lográndolo no ganan, Sánchez reclamó que el PSOE tenga a partir de entonces “una sola voz”. La suya. Y no sea una jaula de grillos, como ahora.