El pulso Rusia-EE.UU. agrava la guerra en Alepo
Mueren cientos de civiles en la ofensiva del régimen sirio
Los edificios se hunden en los barrios rebeldes de Alepo. Las bombas anti búnker funden los cimientos y en el derrumbe muere una población atrapada, 250.000 personas sin escapatoria.
El secretario general de la ONU, Ban Ki Mun, se pregunta porqué no hacen nada los líderes mundiales que podrían frenar esta tragedia. La diplomacia, sin embargo, parece haber agotado todos sus recursos. EE.UU. acusa a Rusia de apoyar la ofensiva que desde el jueves por la noche ha matado a más de 200 personas, muchas de ellas niños.
Rusia y el régimen sirio insisten en que no atacan a los civiles. Los videos de niños rescatados de los escombros y de hospitales saturados de heridos retratan una realidad completamente opuesta.
Apenas queda una treintena de médicos en los barrios rebeldes y todos están exhaustos. El asedio impide evacuar a los heridos o llevar más médicos. No hay sangre para transfusiones, ni fármacos para salvar a los miles de heridos. “Decenas morirán en los próximos días si no podemos sacarlos de aquí”, declaró ayer uno de los médicos.
El Gobierno de Damasco ha vuelto a plantear un conferencia internacional sobre el futuro de Siria. Insiste en que se abre a negociar un gobierno de unidad y una nueva Constitución. El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, interpretó la oferta como un sarcasmo. “Lo que diga el régimen de Asad no tiene ningún sentido”, aseguró en Cartagena de Indias.
La aviación rusa apoya a la siria en los bombardeos nocturnos de Alepo, los más feroces sufridos en cinco años de guerra. Hay indicios de que sobre la población civil, además de las bombas anti búnker, caen otras de fósforo y napalm. Por todo ello, varios países occidentales acusan a Rusia de cometer crímenes de guerra. El Gobierno alemán indicó que Rusia permite que se masacre la población de Alepo, principal ciudad de Siria.
El Kremlin, que ayer rechazó la opción de otra ronda negociadora, considera que estas críticas perjudican las opciones de paz. Su fuerza militar, unida a la de las milicias iraníes y a los soldados del régimen, busca la rendición incondicional de los rebeldes en Alepo.