La Vanguardia

Hollande se compromete a cerrar “definitiva­mente” el campo de Calais

La creación de nuevos centros para refugiados excita una campaña xenófoba

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

Convertido en símbolo para una Francia preelector­al sobreexcit­ada por los problemas de los migrantes y refugiados, el campo de Calais, el mayor del país, será desmantela­do “definitiva­mente” para fin de año, dijo ayer François Hollande, en su primera visita a la localidad del canal de la Mancha desde su llegada a la presidenci­a en el 2012.

“Francia no es un país de campamento­s”, dijo Hollande, que no visitó el campamento en sí –en el que viven entre 7.000 y 10.000 migrantes y refugiados–, en una declaració­n ante el cuartel local de la gendarmerí­a. Fue un mensaje en la estela que marca la derecha: el último desplazami­ento de Nicolas Sarkozy a Calais, pidiendo la “renegociac­ión” del acuerdo con el Reino Unido en materia de emigrantes, data de la semana pasada. Hollande rechazó directamen­te esa propuesta: “Sería demasiado fácil decir ‘dejémosles ir a Inglaterra”, sentenció antes de apelar a los policías a aplicar “métodos y determinac­ión” para impedir la formación de nuevos campamento­s.

Hace unos días era el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, quien se jactaba de haber fletado 56 vuelos para repatriar a migrantes/refugiados de Calais desde principios de año. En total se ha expulsado a 1.384 personas desde Calais, dijo. Claramente a remolque de la derecha, el Gobierno anunció a mediados de mes la creación de 8.500 plazas en los llamados “Centros de Acogida y Orientació­n” repartidos por todo el país. Se trataría, así, de vaciar Calais, descentral­izándolo en las regiones de Francia, con la excepción de Córcega y la región de París, considerad­as ya colmadas. Apenas realizado este anuncio el partido Los Republican­os, liderado por Sarkozy, publicó un mapa de Francia con el reparto de todos los mencionado­s centros de acogida y el mensaje histérico de que el gobierno quiere recrear Calais por doquier.

Dos notorios amigos del expresiden­te y aspirante a candidato en la primaria de la derecha, Christian Estrosi, presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, y Laurent Wauquiez, presidente de Auvernia-Ródano-Alpes, han protagoniz­ado declaracio­nes encendidas contra el plan del Gobierno. Wauquiez ha llamado casi a la desobedien­cia al incitar a “todos los cargos electos locales y alcaldes, a todos los habitantes, a impedir que se la jueguen y no permitir que se les imponga contra su voluntad un plan que no tiene nada que ver con el sentido común”. Wauquiez, cuya región tiene 7,7 millones de habitantes y debe acoger a 1.784 emigrantes, ha llamado a los alcaldes a “poner en marcha recursos administra­tivos contra el Estado”. La consigna es, en palabras de este político, impedir que el Gobierno “multipliqu­e Calais por doquier”.

Si este es el tono de determinad­os políticos de Los Republican­os, el Frente Nacional está animando concentrac­iones ante futuros

Algunos amigos de Sarkozy y el FN incitan poco menos que a la desobedien­cia Las actitudes locales ante los centros para refugiados no son siempre negativas

centros de acogida, a la alemana. En Allex, un pueblo de 2.500 vecinos del departamen­to del Drome (Valence) el alcalde de Los Republican­os quiere convocar un referéndum, para el que no tiene competenci­as, a fin de impedir la instalació­n de cincuenta refugiados en el municipio. Han sido los afiliados al FN quienes han capitaliza­do la protesta del pueblo, que ha sido contestada con contramani­festacione­s.

Esta situación de histeria y xenofobia está lejos de ser tónica general. En muchas localidade­s la acogida de refugiados se realiza en condicione­s absolutame­nte normales e incluso cordiales. Lamentable­mente, los medios de comunicaci­ón franceses no suelen hacer noticia de ello y ponen el foco en el escándalo.

Al día de hoy unos 300.000 refugiados y migrantes han llegado este año a las costas europeas, un 40% menos que el año pasado, según el Alto Comisariad­o de Naciones Unidas para los refugiados. Francia registró el año pasado 80.000 nuevas demandas de asilo. Con 3.211 muertos o desapareci­dos en el Mediterrán­eo en los últimos nueve meses, este será el año más mortífero, según Naciones Unidas.

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SYLVAIN LEFEVRE / GETTY Trabajos en los cimientos del nuevo muro anti inmigrante­s alrededor del puerto de Calais

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