La Vanguardia

Maneras de vivir (o de morir) en el PSOE

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Un calendario endemoniad­o. Apenas quedan fechas en el calendario que no estén marcadas en rojo en el PSOE. Este sábado, 1 de octubre, está convocado el comité federal que habrá de ratificar o no la propuesta de primarias para elegir secretario general el 23 de octubre, como paso previo al congreso federal que tendría lugar los días 2, 3 y 4 de diciembre. Si sale adelante la propuesta –y Pedro Sánchez da por hecho que saldrá–, el plazo para la recogida de avales de los aspirantes comenzaría al día siguiente ya del comité federal, el 2 de octubre, y se cerraría el 11 de octubre. Al día siguiente quedarían proclamado­s los candidatos a la batalla. Un procedimie­nto exprés que busca, según los críticos, impedir que se pueda construir una candidatur­a alternativ­a a la de Sánchez. “¿Llevan dos años conspirand­o y ni siquiera tienen un candidato?”, ironizan los fieles a Sánchez. Este calendario congresual se solapa además con el de la gobernabil­idad de España. Si el 31 de octubre nadie logra su investidur­a como presidente del Gobierno, se disolverán las Cortes y se convocarán las nuevas elecciones para el 18 de diciembre, si previament­e se aprueba la reforma de la ley electoral que impida que la cita con las urnas sea justo el día de Navidad. El propio Sánchez aseguró ayer que una vez elegido el secretario general del PSOE, el 23 de octubre, aún dispondrá de una semana, hasta el 31 de octubre, para intentar formar un gobierno alternativ­o al del PP o, destacó sobre sus críticos, para facilitar la investidur­a de Rajoy.

¿Cómo dinamitar el plan? Los críticos de Pedro Sánchez tienen ahora como principal objetivo dinamitar la hoja de ruta de Sánchez... y al propio Sánchez. Ayer mismo algunos miembros de la ejecutiva del PSOE fueron pulsados para conocer su disposició­n a dimitir: si logran que la mitad más uno de los miembros de la ejecutiva dimita, Sánchez sería expulsado y una gestora asumiría el mando hasta un nuevo congreso. Dicha gestora sería la mejor opción, piensan algunos, para facilitar la investidur­a de Rajoy sin quemar a ningún nuevo líder. Otras opciones que anoche barajaban los críticos es forzar una votación en el comité federal del sábado, y lograr tumbar la propuesta de congreso de Sánchez, lo que representa­ría una suerte de moción de censura. Otra posibilida­d es impedir que exista quórum en el comité federal: si el sábado se ausentan la mitad más uno de los cerca de 350 miembros del comité federal, este órgano no podrá tomar ninguna decisión. La opción final sería presentar un contrincan­te que, sin apenas tiempo, lograra ganar a Sánchez el 23 de octubre.

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