Feijóo ejerce de sucesor natural en el PP aunque sin salir de Galicia
Núñez Feijóo ya no necesita ir de “plató en plató” para proyectarse de cara a su soñado salto a Madrid como le reprochaba la oposición en sus primeros tiempos en la presidencia de la Xunta. Tras conseguir el domingo su tercera mayoría absoluta, que es la única de la España autonómica, y lograrla con su mejor resultado en porcentaje, se ha convertido en Alberto el deseado, el sucesor natural de Rajoy, que insiste en que se va a quedar otros cuatro años más en su cargo, mientras disfruta ejerciendo como un influyente poder en España, según se vio ayer con su mensaje a Pedro Sánchez para que “tome nota” y facilite la investidura de Rajoy.
Cuando entra en una nueva etapa personal, con su primer hijo, que va a tener en febrero con su pareja, la directora de Zara Home, Eva Cárdenas, Feijóo ya no está en la ofensiva hacia Madrid que cortó la publicación el 31 de marzo de 2013 de sus viejas fotos con el narcotraficante Marcial Dorado, unas imágenes que quedaron depuradas en las urnas el pasado domingo. Ahora no es él quien tiene que dar el paso, sino debería hacerlo el PP en caso de que tuviese que afrontar un relevo de Rajoy que ahora mismo descartan los principales dirigentes del partido en Galicia, que se debaten entre vaticinar que logrará la investidura tras unas terceras generales o sin ellas.
Si bien alrededor de Feijóo hay quien tiene dudas de si en su nueva situación personal aceptaría, llegado el caso, dar el salto a Ma- drid, el diagnóstico mayoritario en el PP gallego indica que su vocación política se impondría y cruzaría O Padornelo, el puerto que separa Ourense de Castilla.
Pero como ya hizo el domingo, el presidente de la Xunta insistió ayer en que “mi compromiso es con Galicia, mi compromiso son cuatro años y aquí estaré cuatro años”. No podía decir otra cosa tras tener como lema de campaña “En Galicia, si”, una afirmación que en gallego no lleva acento, lo que la convierte en condicional si se lee en español.
En la oposición también hay muchas incógnitas, pues todavía no se ha resuelto del todo la principal, la de la lucha por la segunda plaza entre En Marea, del juez
Villares, y el PSdeG, de Xoaquín Fernández Leiceaga. El primero se impuso por 16.866 votos en el escrutinio provisional, pero con el mismo número de escaños. Sin embargo, hay un diputado en el aire, el último del PP de Ourense, del que el PSOE se quedó a 135 votos y que intentará recuperar en el escrutinio del menguado sufragio exterior del lunes. Sus opciones son más bien remotas, pero existen. Si lo consiguiese, Leiceaga tendría la primera plaza e igualaría el resultado socialista de 1997, de Abel Caballero, el ahora alcalde de Vigo, que lidera el sector crítico en Galicia, en conexión con la andaluza Susana Díaz. Caballero pidió ayer explicaciones a la dirección de la calle Ferraz y a la gestora gallega por los “muy malos resultados”.
El alcalde de Vigo está en guerra desde que en Ferraz le cambiaron la lista de Pontevedra para meter de quinto a su sobrino díscolo, Gonzalo Caballero, quien al final no salió elegido, de manera que su inclusión resultó un negocio ruinoso para Leiceaga.
En Marea mira hacia el recuento de Ourense con la esperanza de que el PSOE no logre ese escaño, lo que confirmaría a Luís Villares como el líder moral de la oposición, aunque en una situación de empate entre las dos primeras fuerzas y con un BNG reforzado al salvarse de la quema cediendo sólo un diputado.
Villares pretende consolidarse al frente de una En Marea que elegirá en breve a su dirección. Es un conglomerado en ebullición. De sus 14 escaños, siete son de Podemos, pero de tres facciones distintas, y sólo hay tres diputados fieles a la secretaria general de los morados, Carmen Santos.
El lema afirmativo “En Galicia, si” del cartel de Feijóo suena a condicional en español El voto exterior puede decidir el próximo escaño por Ourense y salvar al PSdG