Podemos sube la presión al PSOE al romper su pacto con García-Page
Cada parte aduce motivos contrapuestos para explicar la decisión de Podemos en Castilla-La Mancha de romper el pacto de investidura que alzó y sostiene en la presidencia regional a Emiliano García-Page, uno de los más significados críticos a Pedro Sánchez. Pero el hecho es que la ruptura sube la presión del partido de Iglesias sobre el líder del PSOE Sánchez en un momento crucial para ambas formaciones y con vistas a un posible intento de pacto de investidura o de gobierno alternativo al PP en el Estado.
El propio Iglesias y el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, circunscribieron la ruptura de sus compañeros manchegos con el PSOE de la comunidad a una cuestión “puramente autonómica” relacionada con el supuesto incumplimiento de los acuerdos bilaterales: un total de 71 medidas de las que los socialistas aseguran que ya se han ejecutado 41. Pero, al mismo tiempo, Iglesias señaló que a su juicio “sería razonable que en este momento el PSOE reconozca que ellos solos no pueden”. A lo cual Echenique agregó que todos los acuerdos suscritos con los socialistas en mayo de 2015, tras las locales y autonómicas, están ahora bajo vigilancia. Fueron pactos o apoyos de investidura, algunos basados en documentos y declaraciones de intenciones, como el suyo con Javier Lambán en Aragón y el de Podemos-Extremadura con Guillermo Fernández Vara, ambos críticos asimismo con Sánchez.
A la vista del alto grado de “incumplimiento o mal cumplimiento” de los compromisos adquiridos en esas y otras administraciones territoriales, el partido morado quiere “evaluar en qué medida” lo prometido se ha sustanciado o no y, en función de ello, “replantear nuestra relación con el partido que está en el gobierno”, advirtió el número tres de la formación. El dirigente quiso dejar claro que, en suma, la relación de Podemos con el PSOE “está en permanente evaluación y control”. Y aseguró que eso “no tiene por qué afectar” a una negociación con los socialistas para intentar formar gobierno. Pero ahí quedó el aviso.
El anuncio de la ruptura en la comunidad manchega lo hizo el secretario regional de Podemos y su jefe en la Cortes, José García Molina, mediante la lectura de un comunicado y sin admitir preguntas. El pacto con el PSOE, dijo, “murió esperando a que se hiciera justicia con lo expuesto y lo firmado, pero murió sobre todo por vergüenza al percatarse de la falta de verdad en la palabra dada y firmada”.
García-Page y los suyos atribuyeron el fin del acuerdo, por contra, a una estrategia para forzar al PSOE a que pacte con Iglesias en Madrid. Si no, “¿a qué viene este cambio de criterio”, cuando hace sólo unos días los morados apoyaron el techo de gasto propuesto por el Gobierno regional?, se preguntaron.
Es significativo, de otro lado, que Molina diera el paso apenas dos semanas después de que un centenar de miembros de Podemos en la región lanzaran –en concreto el 15 de septiembre– un manifiesto pidiendo un cambio de rumbo y reclamando primarias. Uno de los firmantes era el otro único diputado regional de la formación, David Llorente.