El TNC reivindica la figura política y la música de Clavé
Abre con ‘L’aplec del Remei’, primera zarzuela en catalán
La mayoría de ciudades de Catalunya tienen una calle o una plaza dedicada a Josep Anselm Clavé (1824-74), recordó ayer el director del TNC, Xavier Albertí. Aunque quizá mucha gente no sepa por qué e ignore la importancia de este músico, poeta y político republicano federalista y obrerista que intentó reformar el sistema político español y dar poder a la clase obrera a través del movimiento coral que impulsó. Así que el TNC, como ya hizo antes con Frederic Soler, Pitarra , y con otras figuras que pusieron las bases de la recuperación de la cultura catalana en el siglo XIX durante La Renaixença, lanza una operación Clavé: la apertura de la temporada este jueves se hará con una obra suya, L’aplec del Remei, la primera zarzuela en catalán que se conserva, estrenada en el 1858 en el Liceu.
Una zarzuela de intrigas amorosas escrita dos años después de volver de su exilio mallorquín –le habían desterrado por su activismo revolucionario– y que es una obra en clave sobre el mundo político de su momento: los personajes evocan a la regente María Cristina, a su hija, la futura Isabel II, o al general O’Donnell. La pieza transcurre en un balneario de Caldes, donde han ido a tomar baños Doña Socorro, junto a su hija y su segundo marido, Don Saldoni, un viejo rico infiel a su esposa siempre que puede y que intentará seducir a Tuietes, una joven de extracción popular a punto de casarse con Nan y que acabará ayudando a Doña Socorro a recuperar al marido siguiendo su juego. Una trama quizá inspirada en Las bodas de Fígaro de Beaumarchais, que justamente fue considerada en su momento un signo precursor de la Revolución Francesa.
Y desde luego Clavé quería revolucionar su mundo. Según Albertí, “intentó reformar el Estado español para quitarse de encima una monarquía podrida y llevarlo a una república federalista. El catalanismo político nacerá tras ese fracaso de reforma”. A la vez, señala, Clavé usa las asociaciones corales “como tapadera de aquello que está buscando, proveer a la clase obrera de las herramientas de asociación que están prohibidas y de ayuda económica en caso de muerte o accidente”. Eso provocó, concluye, que en 1906, cuando el movimiento Solidaritat Catalana quiso ampliar su fuerza ante Madrid mediante un acuerdo con Solidaritat Obrera, más anarquista y socialista, estos exigieron que se añadiera en el nomenclátor de las ciudades catalanas a Clavé y a Verdaguer.
Albertí explicó que desde que entró al TNC ha querido llevar a escena esta “pieza capital del repertorio catalán”, pero la partitura entera no ha aparecido hasta que la Universitat Autònoma ha digitalizado los fondos del Liceu. Ahora por fin presentará L’aplec del Remei hasta el domingo con la orquesta de la Esmuc dirigida por Wanda Pitrowska –alter ego femenino y polaco de Albertí–, actores como Oriol Genís y voces como el tenor Antoni Comas y la soprano Maria Hinojosa. Sin decorado, pero con sorpresas, textos que reivindican a Clavé y otras músicas suyas como Los xiquets de Valls, que muestran, dice, que este hombre, el primero en hacer sonar una nota de Wagner en España, es un patrimonio musical menospreciado: “Sus orquestaciones son de primera magnitud, es un compositor de ingenio extraordinario”. Hasta el punto, acaba, de que algunas de sus obras parecen escritas por Shostakovich e incluso, por su modernidad sonora, por Carles Santos.
Para Albertí, Clavé es un patrimonio musical menospreciado, con orquestaciones de primera magnitud