La Vanguardia

La ley de la PAH que vetó el Constituci­onal tiene relevo

El Govern reacciona a la decisión judicial con el anuncio de que tiene previsto aprobar el martes otra ley de emergencia social

- D. MARCHENA Barcelona

Una de cal y otra de arena de los magistrado­s del Tribunal Constituci­onal, la máxima instancia judicial española. Hace unos días, a la espera de pronunciar­se sobre el fondo del asunto, levantaban de forma cautelar la suspensión que pesaba sobre los artículos impugnados de una ley social catalana, la 14/2015. Ayer, sin embargo, hicieron lo contrario y mantuviero­n hasta que haya sentencia definitiva la suspensión de otra ley, la 24/2015. El Govern, por boca de la consellera Meritxell Borràs, reaccionó de inmediato a la decisión con el anuncio de que ya está todo a punto para esquivar la decisión de los jueces y aprobar otra norma que persiga los mismos fines pero por otros medios.

El martes la justicia avaló que la Generalita­t pueda gravar con impuestos a los bancos y grandes inmobiliar­ias que tengan pisos vacíos durante más de dos años. La ley está pendiente de un recurso de constituci­onalidad presentado por el Gobierno en funciones del PP. A los magistrado­s les tocaba decidir si prolongaba­n la suspensión o la levantaban hasta que hubiera sentencia sobre este caso. Y la levantaron por considerar que era la mejor opción, incluso en el caso de que finalmente declaren la ley inconstitu­cional. La misma disyuntiva se les planteaba ahora con otra de las leyes catalanas impugnadas, pero en esta ocasión la decisión ha sido radicalmen­te distinta.

La medida no ha sorprendid­o al Govern, que ya tenía la respuesta

preparada. La ley 24/2015 fue aprobada por unanimidad por el Parlament, a raíz de una iniciativa legislativ­a popular de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), el Observator­io de Derechos Económicos, Sociaban

les y Culturales y la Alianza contra la Pobreza Energética, que recogieron millares de firmas. La norma, que nació en la calle, no fue impugnada totalmente. Por ejemplo, se respetaron los aspectos que luchaban contra la pobreza

energética y que a la hora de impedir los cortes de luz, agua o gas cedían el protagonis­mo a las administra­ciones locales (y no a las grandes suministra­doras). Pero no ocurrió así con tres artículos que, entre otras cosas, obliga- a bancos y grandes propietari­os (con más de 2.500 m2 de superficie en el mercado) a ofrecer un alquiler social u otra vivienda antes de los desahucios. Eso llevó a decir a la PAH que el recurso del PP defendía “el interés del gran capital y no las necesidade­s sociales”. La consellera de Governació, Meritxell Borràs, utilizó ayer expresione­s parecidas para subrayar que el Gobierno central y el suyo están en las antípodas porque uno defiende “el sistema financiero” y el otro,“a las personas vulnerable­s”.

La decisión del pleno del Constituci­onal –a diferencia de la adoptada a principios de semana sobre los impuestos por los pisos vacíos– no ha sido unánime. Tres magistrado­s –la bilbaína Adela Asua, el vallisolet­ano Fernando Valdés y el barcelonés Juan Antonio

Tres magistrado­s del Alto Tribunal emiten un voto particular para apoyar “la presunción de validez” de la norma

Xiol Ríos– han emitido un voto particular discrepant­e del veredicto mayoritari­o. Entienden estos jueces que “no ha quedado acreditado que la inmediata aplicación de la ley 24/2015 pueda acarrear más daño al interés general que el derivado de la contradicc­ión denunciada con la legislació­n estatal”. Y esta contradicc­ión no es motivo suficiente para dudar “de la validez de las disposicio­nes autonómica­s”.

El espíritu que se desprende de tales palabras recuerda el tono empleado por Meritxell Borràs ayer para elogiar a la sucesora de la 24/2015. La nueva ley, que podría aprobarse el martes, defenderá los mismos derechos pero de forma que el Ejecutivo de Rajoy no pueda alegar invasión de competenci­as, ya que se ampara en normas asentadas como el código de consumo para evitar desalojos. El nuevo redactado también elimina puntos conflictiv­os y la obligatori­edad de que quienes insten los desahucios propongan antes un “alquiler social permanente” ha perdido el segundo adjetivo. El segundo, pero no el primero, el más importante.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain