Colón habla catalán
Impertérrito, contempla la escena barcelonesa. La comedia catalana. Demasiada política de traca. La atmósfera es espesa: el puerto arroja un aliento húmedo tan propio de la ciudad como este personaje de bronce, un icono indiscutible ahora discutido. Tras un ligero carraspeo, saluda a la periodista, bendecida con una abierta desfachatez. Es a usted, Colón. ¿Me oye? Estoy a 57 metros, pero tengo buen oído. La oigo alto y claro. Bon dia!
¿Habla catalán, almirante? Catalán y lo que haga falta. ¿No ve que llevo desde 1888 en pie? Me visita gente de todo el globo, que es esférico, jejeje. Tengo fama internacional. Soy como la estatua de la Libertad: ¡a mi inauguración también asistió el presidente Cleveland!... Y Humberto I, y la reina regente María Cristina y... Supongo que usted eso ya lo sabía. ¿A qué ha venido?
Me preguntaba si conoce lo que pretendía hacer con usted la CUP. ¡Pues claro! ¡Querían derribarme! No es necesario el poder real: hay gente que, sin tenerlo, se abre paso a codazos y con sus malos modos acaba acoquinando al resto.
Dice el concejal Garganté que mantener su efigie es “un acto intolerable de colonialismo e imperialismo”. Yo sólo fui un navegante, un aventurero que quiso llegar a las Indias y descubrí el Nuevo Mundo. Los Reyes Católicos me financiaron, sí, pero encasquetarme a mí lo del colonialismo da risa. Ni yo gestioné el imperio ni sometí a los indígenas. Que no me llamo Antonio López, aunque él también tiene su estatua, aquí cerca por cierto. No toqué ni una pluma de un indio. Si alguien pretende hacer creer lo contrario será porque le interesa blanquear la historia o porque tiene una terrible propensión iconoclasta. Le recomendaría que vuelva a secundaria.
La CUP de Barcelona ha pedido sin éxito poner en su lugar una pieza alegórica de la resistencia americana a la opresión. ¿Y quién la esculpiría? ¿Qué inscripción le pondrían? El indígena ¿sería americano o catalán? Ay, disculpe el sarcasmo... Me tengo por estatua tolerante, pero estoy hasta el huevo de tanta patochada. Casi aceptaría que me tuneen, que me pongan plumas, qué sé yo. Ya me vistieron del Barça. Estoy aquí para servir a la ciudad porque formo parte de ella. Siempre con el dedo a punto.
Que usted no era un esclavista genocida también lo dice el filólogo Jordi Bilbeny, del Institut Nova Història. Este instituto acaba de proponer una campaña a su favor para revalorizar su figura y darle reconocimiento institucional. ¡Oh!, qué bien. ¿Y lo sabe la CUP?
Bilbeny defiende que el descubrimiento de América se llevó a cabo por catalanes y que una “gran conspiración española” falsificó la historia. Qué manía tienen algunos con revisar la historia. Si empezáramos, no acabaríamos nunca. ¿Dónde ponemos el límite? ¿En los almogávares? ¿En Jaume I? La historia, guste o no, es inalterable.
Si usted hubiera nacido en Catalunya, ¿se hubiera atrevido la CUP? Quién sabe. Los concejales de la CUP han utilizado mi cabeza para colonizar The Guardian, la BBC, allende los mares.
(...) ¿Catalán, yo? Me siento genovés, aunque hay quien sostiene lo contrario: Bilbeny, Charles Merrill, Estelle Irizari. Algunos también creen que Cervantes procedía de la familia Servent, de Xixona, y que escribió El Quijote en catalán. O que santa Teresa fue abadesa del monasterio de Pedralbes... Pero pregunte a los académicos. Bon dia!