Colombia rechaza el acuerdo de paz con las FARC
Con el 99,25% escrutado, el no se impone por la mínima en el referéndum
En una jornada marcada por la lluvia torrencial del huracán Matthew, al cierre de esta edición un 50,24% de los colombianos rechazaba los acuerdos de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC.
Buenos Aires. Corresponsal
Colombia dijo ayer no a la paz con la guerrilla de las FARC. Al cierre de esta edición y con el 99,25% escrutado, los partidarios del no alcanzaban el 50,24% de los votos frente al 49,75% de los ciudadanos favorables a los acuerdos diseñados por el presidente Juan Manuel Santos. La alta participación, con más de 13 millones de votos, destrozaba el plan para poner fin a la paz tras décadas de conflicto entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC.
El inesperado resultado, que contradice las encuestas previas, sume a Colombia en la incertidumbre. No supone que las FARC vuelvan a las armas, pero ese riesgo estaba latente ayer en todos los foros de opinión del país. Lo que sí deslegitima es la política de Santos.
La jornada de votación se desarrolló sin sobresaltos y entre lluvias generalizadas como efecto colateral del huracán Matthew. Sin embargo, el mal tiempo no restó participación, que superó de sobra el 13% establecido por el Tribunal Supremo para considerar válido el resultado después de que el Gobierno apelara para bajar el umbral mínimo de votantes, que inicialmente era del 50%.
Dicha maniobra de Santos era recordada hasta ayer, al acudir a votar, por el expresidente y actual senador Álvaro Uribe, que encabezó la campaña del no como principal detractor del acuerdo con la guerrilla. Uribe trató hasta el último momento de convencer a los colombianos para que dieran la espalda al pacto con las FARC reiterando el argumento de la impunidad de que gozarán los guerrilleros con crímenes de sangre.
“¿Qué le diría el Gobierno nacional a los 140.000 presos colombianos que en promedio han cometido delitos menos graves que los de FARC, y FARC tiene no sanción y gozará de legitimidad?”, declaró Uribe. “Le pregunto a la comunidad internacional, ¿qué país democrático les daría elegibilidad e impunidad a criminales como las FARC?”, añadió. “Gratitud a todos aquellos que leyeron los acuerdos, que quieren la paz y que votan por el no porque consideran que esos acuerdos no generan paz”, dijo también.
Pero el tono ultraderechista y populista de Uribe, cuyo partido, Centro Democrático, era el único que boicoteaba los acuerdos, no ha vencido al discurso reconciliador de los partidarios del sí, encabezados por Santos. Al acudir a votar, el presidente tuiteó un mensaje donde daba por hecha la victoria del sí, varias horas antes de que se conocieran los resultados oficiales. “Hoy, 2 de octubre, se inicia el fin de más de 52 años de conflicto. Démosle la bienvenida a un nuevo capítulo para el país”, indicó Santos.
No obstante, en el colegio electoral situado en la plaza Bolívar, a pocos pasos del palacio presidencial, la Casa de Nariño, Santos no quiso cantar victoria antes de tiempo y llamó a los colombianos a votar im-
El mandatario dio por hecha la victoria horas antes de conocerse los resultados oficiales
plícitamente por el sí, a pesar de la lluvia. “La paz es el camino para que nuestros hijos y nuestros nietos tengan un mejor país”, dijo Santos, insistiendo en que votar representaba acabar con “una guerra de 52 años y abrir el camino a la paz”.
“La paz nos va a llevar a un mejor futuro”, añadió el mandatario, en alusión a los beneficios económicos y las inversiones que van a llegar tras la desaparición de la guerrilla, una constante que ha repetido durante toda la campaña. Además, Santos vinculó simbólicamente el día del plebiscito a Gandhi, uno de los adalides universales de la paz, de quien ayer se conmemoraba el nacimiento. “En este día nació Gandhi, ese personaje de la historia universal que nos enseñó tanto la cultura de la no violencia”, dijo Santos. “Esa feliz coincidencia quiero resaltarla porque nosotros aquí en Colombia también debemos adoptar esa cultura de la no violencia”, añadió antes de recordar una frase de Gandhi: “No es el camino a la paz, sino la paz es el camino”.
Por otra parte, el plebiscito, de haberse ganado, supondría el fin del conflicto armado, pero no el final de la hoja de ruta. La victoria del sí hubiera supuesto comenzar a implementarse los acuerdos, un proceso que no hubiera estado exento de tensiones. Primero, por el desarme de la guerrilla, que debería producirse en los próximos seis meses. Y luego por la irrupción en política de los líderes de las FARC donde encontrarán a un Uribe que, paradójicamente, tiene mayor aprobación ciudadana que Santos.
Las exitosas negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla, ahora rechazadas por la población, se desarrollaron en la capital cubana durante casi cuatro años y culminaron el 26 de septiembre en Cartagena de Indias con la firma solemne del acuerdo entre Santos y el comandante en jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko. Ahora, el no a la paz abre enormes y graves incógnitas sobre el futuro de Colombia .
El resultado deslegitima la acción política del Gobierno en una Colombia dividida