La gestora del PSOE arranca hoy con un único objetivo: evitar las elecciones
Los fieles a Sánchez lamentan que ahora se “plegarán a todo” lo que quiera Rajoy
“Sólo quedan dos alternativas”, advirtió el presidente de Asturias, Javier Fernández, el día antes de asumir la presidencia de la gestora que dirige desde la noche del sábado el destino del PSOE. “O gobierna la lista más votada, o terceras elecciones”, zanjó. Ya no hay más. Es decir, que el destino del PSOE pasa por elegir ahora entre lo muy malo... y lo definitivamente peor.
Todos coinciden en que la gestora asumirá la “alta factura” que se pasará al cobro del PSOE por esta decisión. Y todos también coinciden –lo quieran o no– en que el único objetivo ahora de la gestora es evitar unas nuevas elecciones, que algunos temen que podrían dejar al PSOE reducido a 70 diputados. O menos. Además, unas elecciones ahora serían la única manera de que Pedro Sánchez pueda volver a recuperar la corona de la que el sábado fue despojado, ya que tendría que abrirse un proceso de primarias para elegir al candidato electoral a las que se presentaría el exlíder del PSOE. Y todos los que el sábado ayudaron a destronarle ya se cuidarán muy mucho de mantener esa puerta cerrada a cal y canto.
Así pues, el PSOE se encamina a resolver de una vez por todas la gobernabilidad de España. El problema es cómo hacer digerir una abstención que facilite la investidura de Mariano Rajoy. ¿Quizá planteando en primer lugar que Rajoy dé un paso atrás para acordar otro aspirante del PP, aun a sabiendas de que es imposible? ¿Proponiendo al PP unos puntos innegociables para aceptar la abstención? ¿Buscando una abstención colegiada con otros partidos, como el PNV, para que fuera menos duro el trago? Los enemigos de Sánchez habían barajado varias fórmulas para salir del callejón sin salida de su “no es no”.
El problema, aseguran los derrotados el sábado en el comité federal, es que ahora el PSOE ya no está en condiciones de imponer o exigir nada al PP. Y, por tanto, están seguros de que la gestora ahora “se plegará” a hacer lo que quiera Rajoy. “Lo aceptarán todo con tal de no ir a elecciones”, lamentan. Es decir, que ahora es Rajoy el que está en condiciones de exigir al PSOE lo que le convenga, porque el líder del PP sí que no tiene ningún inconveniente –sino todo lo contrario– en volver a pasar por las urnas y ganar 150 diputados. O más. Los fieles a Sánchez creen que ahora el PSOE puede ser “rehén” de lo que advertían que podía ser “la legislatura del chantaje” y que el PP no sólo les exija la investidura, sino la aprobación de los presupuestos del Estado y cualquier otra cuestión para blindar su estabilidad. “Esto podía haber salido mal o muy mal, y salió muy mal”, se resignaban los derrotados el pasado sábado.
La gestora de Javier Fernández –con el andaluz Mario Jiménez, una de las manos derechas de Susana Díaz, en el puente de mando– se reúne hoy en Ferraz para fijar el rumbo. En primer lugar habrá de determinar si convoca un nuevo comité federal que decida la línea política que seguir para el próximo sábado, como quieren algunos, o para más adelante, como quieren otros.
La cuestión, como alertan los derrotados el sábado, es que una “gestora federal” no está prevista ni en los estatutos ni en los reglamentos del PSOE, por lo que podría hacer casi lo que quiera y su poder sería “total”. De momento, esta comisión gestora reconoce que “desarrollará funciones ejecutivas hasta la celebración del congreso federal extraordinario del PSOE”. No podría convocar este congreso antes de 40 días, pero no tiene una fecha límite, en cambio, para hacerlo.
Se daba por hecho que la gestora, una vez despejada la investidura
–“primero España, después el PSOE”, dice Rubalcaba–, convocaría el congreso para elegir al nuevo secretario general en unos pocos meses. Pero los fieles a Sánchez creen ya, tras ver cómo se constituyó el sábado, que “esta gestora es para un año, no para unos meses”. “En teoría se crea para unos meses, los necesarios para organizar el congreso, pero tengo la impresión de que esto se va a alargar mucho tiempo mientras Susana Díaz y los suyos toman el control del aparato del partido y ponen en orden los territorios”, coincide otro dirigente.
Dentro de un año, asumen hasta sus fieles, “nadie se acordará” de Pedro Sánchez, mientras que Susana Díaz tendrá tiempo de diseñar una sucesión tranquila en la Junta de Andalucía antes de asumir todo el poder en Ferraz. Que algunos temen, no obstante, que ya ostenta desde el sábado. Aunque Javier Fernández, según saben todos, ni es un “títere” ni era hasta ahora, desde luego, un rendido susanista. Motivo por el cual ya hay quien piensa que la gestora no será una balsa de aceite. “Ya veremos cómo acaba”.
Entre los fieles al depuesto Pedro Sánchez, eso sí, existe el temor a que una gestora pilotada en la sombra por Susana Díaz “pase ahora a cuchillo” a los líderes territoriales que arroparon al exlíder del PSOE. Ponen como ejemplo que la presidenta del comité federal, la sevillana Verónica Pérez –otra de las manos derechas de Díaz–, una vez depuesto Sánchez, sólo permitió colocar a tres representantes de sus federaciones fieles en una gestora con once sillas, a falta de que el PSC ocupe la suya. Son el balear Francesc Antich, el cántabro Ricardo Cortés y el riojano Francisco Ocón. Los siete restantes son de federaciones críticas con el exlíder. Verónica Pérez dijo que así la gestora mantendrá “la misma proporción” de la votación que acabó tumbando a Sánchez por 132 votos a 107.