El PNV ofrece pactos a quien reconozca Euskadi como nación
La dirección tiende la mano a Bildu y Podemos para llegar a acuerdos
¿Cuál es el ingrediente secreto del éxito electoral del Partido Nacionalista Vasco? El lehendakari en funciones, Iñigo Urkullu, se lo preguntó ayer al mediodía durante la celebración del Alderdi Eguna, el día del Partido, en Foronda, cerca de Vitoria. Él mismo se respondió: la clave del triunfo en las urnas es precisamente el “modelo PNV”. Un partido comprometido con una “utopía realizable” que bascula entre el pragmatismo y la “vocación de Estado”. En este equilibrio, los nacionalistas vascos proponen un camino propio que pasa por la necesidad de llegar a pactos. Los resultados del día 25 les obligan a ello.
En su discurso, el candidato a la reelección dejó clara la importancia que tendrán las formas a la hora de conseguir una relación bilateral con el Estado que reconozca la realidad nacional de Euskadi. Delante de miles de simpatizantes y afiliados, defendió que han hecho una campaña electoral “sin infantilismos políticos”, en que los nacionalistas “han denunciado el maximalismo del todo o nada, que normalmente acaba en nada”. No hubo ninguna referencia explícita a la unilateralidad que sobrevuela el proceso catalán, pero es evidente que su vía va por otro lado. Lo escuchaban David Saldoni, del Partit Demòcrata Europeu Català, y Ramon Espadaler, Montserrat Surroca y Salvador Sedó, de Unió Democràtica de Catalunya. El presidente de la formación, Andoni Ortuzar, alargó la mano a todas las fuerzas políticas vascas para llegar a grandes acuerdos pero ayer dio un paso más y apeló “especialmente” a los que consideran que el País Vasco es una nación. Se trata de un guiño a EH Bildu y a Podemos, después de que el recuento final de votos haya dado un escaño más a la izquierda abertzale, de manera que la suma entre el PNV y el Partido Socialista de Euskadi no llega a la mayoría absoluta. La geometría variable ha entrado en juego.
Hoy, precisamente, las dos formaciones se reunirán para explorar las posibilidades de un acuerdo, en la ronda de contactos que empezó la semana pasada y que culmina mañana con el PP. El partido que lidera Idoia Mendia se opone frontalmente al derecho a decidir, pero admite que Euskadi es una nación, siempre que eso no sirva para avalar la autodeterminación. Para Urkullu es importante que se sume al nuevo Estatuto que salga del Parlamento autonómico. Ortuzar les advirtió que no hay margen “ni para vetos ni para temas tabú”. Los socialistas también fueron protagonistas involuntarios de las conversaciones en el Alderdi Eguna, una celebración masiva que contrastaba con las imágenes de división en la sede de la calle Ferraz el día antes. Pero por si acaso, el máximo dirigente del PNV recordó a la militancia que “ni el liderazgo es hereditario ni la unidad interna es un maná que cae del cielo”. En la memoria colectiva está la crisis que el partido vivió en los años ochenta y que acabó con una escisión y la creación de Eusko Alkartasuna, ahora integrada en Bildu. El PSE asegura que la dimisión de Pedro Sánchez no modifica su política en Euskadi. Hoy, de momento, escucharán la propuesta que les haga el lehendakari y después decidirán con “absoluta libertad y lealtad”. La federación vasca ha estado alineada hasta el último momento con el ya ex secretario general del PSOE.
Los nacionalistas vascos rechazan “el maximalismo del todo o nada, que en general acaba en nada”