Ricciardo se impone y Hamilton estalla contra Mercedes
Doblete de Ricciardo y Verstappen y agria reacción del piloto inglés, que acusa a la escudería Mercedes
Fue la victoria de la estrategia acertada, de la resistencia física, de la fuerza psicológica y de la constante humildad. Fue la victoria del piloto australiano de la sonrisa permanente, del que consigue los éxitos sin hacer demasiado ruido. Daniel Ricciardo infligió ayer un zarpazo serio a las pretensiones de Hamilton. Ayudado por el infortunio del piloto inglés, de un lado, pero sobre todo por el implacable acecho al que le sometió junto a su jovencísimo compañero de equipo, Max Verstappen. Un dúo conjuntado como uña y carne que dio el doblete a Red Bull. Los dos únicos pilotos capaces de escuchar la tos de Mercedes en este apretado Mundial. Es la cuarta victoria en el palmarés de Ricciardo y la segunda de Red Bull esta temporada.
Sepang acabó siendo una fiesta para Ricciardo y Verstappen y un infierno chamuscado en llamas para Lewis Hamilton cuando rodaba líder de la carrera y todo indicaba que iba a recuperar el timón del Mundial. La desolación de Mercedes se vio compensada en parte por un podio de Nico Rosberg, impensable al inicio de la accidentada carrera. Con ello, el piloto alemán amplió el liderazgo del Mundial con una renta de 23 puntos y Hamilton vio como sus posibilidades para un cuarto título penden de un hilo a falta de cinco carreras y 125 puntos en juego.
Y es que el GP de Malasia lo tuvo todo: estrategias contrapuestas, venganzas, accidentes, sanciones y compensaciones. Todo empezó con la temeraria maniobra de Sebastian Vettel en una salida que determinó el desarrollo de la carrera. El incidente, bajo investigación, se produjo cuando Vettel irrumpió en la primera curva en la trayectoria de Nico Rosberg tocándole por detrás con su rueda. El coche del piloto de Ferrari quedó fuera de carrera, mientras que Rosberg era relegado a la posición decimosexta y Verstappen salvaba el tipo por los pelos. “¡Está loco! Se ha tirado contra Rosberg como un idiota”, clamaba por radio perplejo el piloto holandés, que acaba de cumplir 19 años. Apareció el safety car virtual y restableció la calma. Así, tras la primera vuelta, Hamilton estaba instalado en cabeza, acechado de cerca por Ricciardo y Verstappen.
El mérito de los pilotos de Red Bull fue emprender un carrerón táctico que consistió en no desprenderse de Hamilton y mantener la presión al límite. La velocidad del paso por curva de Ricciardo y, sobre todo, Verstappen, era espectacular. Todo ello acompañado de una estrategia muy creativa que llevó al piloto holandés, por ejemplo, a cambiar neumáticos duros por blandos con el safety car virtual porque Romain Grosjean se retiraba de la carrera. Ello convirtió a Verstappen en líder de facto de la carrera, mientras Hamilton hacía la primera parada en boxes. A partir de la vuelta 29 los pilotos acusaron el cansancio y la deshidratación, mientras Hamilton rodaba a pista abierta y tirando muy fuerte. El bólido británico volaba en cabeza con una conducción muy agresiva, tratando de atajar la persecución de los Red Bull. Hamilton sólo pensaba en la victoria, la séptima del campeonato, que le hubiera catapultado de nuevo al liderazgo.
El mazazo llegó en la vuelta 41. El motor, exhausto, saltó por los aires y empezó a echar humo. “¡Oh, no, no!”, exclamó por radio. Era la cámara de combustión del motor. Y es que los 55 grados de Sepang no perdonan. Lo ponen todo al límite: refrigeración de motores o preparación física de los pilotos. Ricciardo asumió el liderazgo de la pista asiática en las 16 últimas vueltas, no sin la presión de un Verstappen ya desfondado, pero dispuesto a mantener la libertad de lucha. El golpe de genio de los Red Bull había dado frutos.
Rosberg protagonizó su particular remontada, con un adelantamiento a Raikkonen que acabó con una sanción de 10s. El castigo no le privó del tercer puesto.
En boxes, Hamilton explotó: “Mi pregunta es a Mercedes. Hemos construido 43 motores, pero los míos son los únicos que fallan este año. No es aceptable”. Desde Mercedes rebajaron la tensión y trataron de disuadirlo de esta supuesta teoría de la conspiración.
LA INDIGNACIÓN DE HAMILTON “Hemos construido 43 motores, pero los míos son los únicos que fallan, no es aceptable”
LA GESTA DE ROSBERG Rosberg fue embestido por Vettel y al final hizo podio después de una remontada espectacular