Pesadilla en Balaídos (II)
El Barça vuelve a encajar cuatro goles en Vigo fruto de regalos injustificables
Si quieren asustar a un barcelonista e impedirle que concilie el sueño, puede pronunciar dos palabras. La primera es Anoeta, estadio que alimenta su maldición temporada tras temporada. La segunda es Balaídos, campo donde el portero blaugrana hace el ridículo, la defensa del Barcelona se convierte en un queso gruyère, donde la línea medular regala más balones que un rastrillo de beneficencia y donde la delantera ve pasar la pelota sin encontrar la magia, pese a la reacción en la segunda mitad. El 23 de septiembre del 2015, 4-1 sonrojante al final. El 2 de octubre del 2016, 3-0 increíble a la media parte, algo que no sucedía desde el 2007 en Liga, y 4-3 a la postre para irse a la cama con un buen enojo por haber tirado toda una parte. Ni el aviso del pasado inmediato ni la opción de asaltar el liderato espabilaron al equipo. Como si fueran niños a los que les dices que viene el lobo y no te hacen ni caso. El lobo viste de celeste y muestra sus garras cuando llega el Barça, más confiado que Caperucita a la hora de hacer avanzar el balón desde atrás. Fue el de Luis Enrique un conjunto desmemoriado, empezando por Ter Stegen.
¿Que no recordaba el guardameta alemán que había salido escaldado del mismo césped el curso anterior? Pues no lo parecía cuando en el 4-2 se sobró y cuando en el 1-0 intentó combinar de forma arriesgada con Busquets. ¿Que no tenía en cuenta el pivote de Badia que había perdido una pelota estúpida el pasado miércoles en Alemania? Pues no debía de estar conectado del todo, puesto que no se mostró tampoco muy espabilado en esa acción que abrió el marcador. ¿Que no había repetido Luis Enrique en la víspera que no había que errar en las entregas en campo propio? Pues Arda Turan no se aplicó la receta en el tercer tanto.
Fue un déjà vu con respecto a la pasada campaña en cuanto a goles encajados porque sólo en Balaídos y en San Mamés en la Supercopa 2015 ha recibido cuatro el conjunto de Luis Enrique. Un absurdo general. Ter Stegen repetía. Y también Iago Aspas, que metió el segundo, como hiciera en la Liga de hace un
JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ
Barcelona EL VIRUS DE LA CHAMPIONS Barça, City, Dortmund y Nápoles perdieron y el Madrid y el Bayern no pasaron del empate
año, aunque entonces marcó dos.
Enloquecía Balaídos porque el Celta es el primer equipo que vence tres veces al Barcelona de Luis Enrique en la Liga y se hundía el conjunto blaugrana, para el que tampoco sirvió como advertencia el otro virus. Normalmente se habla del virus FIFA como fuente de muchos males, pero otro peligro está presente: el de la Champions. Después de un partido exigente en la competición europea muchos equipos no saben encontrar el hilo en su campeonato. Le ha ocurrido este fin de semana al Manchester City, al Borussia Dortmund, al de Mönchengladbach y al Nápoles, que han perdido o al Madrid y al Bayern, que no pasaron del empate al abrigo de su afición. Todo eso ocurrió antes de que el Barça saltara al césped pero los jugadores de Luis Enrique o no pudieron o no supieron ver el peligro. Se supone que para eso están las rotaciones, los hombres frescos y el fondo de armario aunque una de las cosas que ocurrieron en Vigo es que el armario tocó un poco de fondo. Sólo Iniesta y Piqué, con sus dos goles, tiraron del carro para capitanear el intento de remontada. Pero encajando diez tantos en siete jornadas no se va a demasiados sitios. Que se centren y que Messi vuelva pronto y vuelva bien.