Las purgas en Turquía se cobran casi 13.000 policías suspendidos más
Prácticamente todos los medios prokurdos han sido clausurados
El Gobierno liderado por el presidente Recep T. Erdogan está haciendo pleno uso del estado de emergencia en Turquía, que le exime de todo control judicial y ha sido extendido otros tres meses más.
Ayer les tocó de nuevo a miembros de las fuerzas de seguridad y medios prokurdos. Casi 13.000 policías –entre ellos 2.523 oficiales y directores– fueron suspendidos de sus cargos debido a sus supuestos vínculos con la organización liderada por Fethullah Gülen, un septuagenario clérigo musulmán exiliado en Estados Unidos y a quién Ankara acusa de ser el cerebro del fallido golpe de Estado militar del pasado julio.
En total, 12.801 policías han sido “depurados” de momento en otra purga más –las hubo ya y masivas antes de la intentona– contra los supuestos gülenistas en la policía. Según fuentes oficiales, la Dirección de Seguridad investigará a cada policía suspendido, que será a su vez finalmente despedido si se confirma su vinculación con la cofradía de Gülen.
Con la nueva sangría de empleados públicos, en los apenas dos meses y medio transcurridos desde el golpe fallido del 15 de julio unos 130.000 funcionarios –en el ejército, la policía, la justicia y especialmente la educación– han sido suspendidos de sus cargos.
La semana pasada, el ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag, confirmó la suspensión de 70.000 personas y el arresto de 35.000 bajo la ley del estado de emergencia. Fuentes cercanas a Bruselas calculan que hasta un millón de personas –Turquía cuenta con ochenta– ha sido afectado por las purgas.
Y las medidas no parecen tener fin: el Consejo de Ministros de Ankara decidió este lunes prorrogar otros 90 días el estado de emergencia proclamado el 20 de julio, por lo que todo hace esperar nuevas suspensiones y ceses que podrían alcanzar hasta al partido gobernante, el Partido de la Justicia y Desarrollo, el AKP.
Las purgas no solo están afectando a empleados públicos supuestamente vinculados con los gülenistas, sino que también llegan a opositores al régimen de Erdogan que no son nada sospechosos de ser simpatizantes del movimiento Gülen. Ya es notorio, por ejemplo, que Ankara tiene como objetivo estigmatizar laboral y socialmente (es decir, hacer la vida imposible) a trabajadores en medios prokurdos y/o socialistas.
Unos 20 medios de comunicación –canales de televisión y estaciones de radio– fueron prohibidos la semana pasada por las autoridades
Uno de los canales cerrados es un espacio infantil que emite dibujos como ‘La abeja Maya’ en kurdo
turcas basándose en lo estipulado en el estado de emergencia. Se les supone a todos ellos cercanía ideológica a la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK. Y eso a pesar de la ausencia de evidencias, que dos medios no sean propiamente prokurdos sino socialistas en la tradición aleví (Hayatin Sesi TV y Özgür Radyo) y uno de los que emiten en lengua kurda –el canal para niños Zarok TV– base su programación en dibujos animados como La
abeja Maya o Los Pitufos. Ayer, precisamente, el canal de televisión IMC –amenazado de cierre desde hace meses– fue clausurado en directo por las fuerzas del orden mientras decenas de sus trabajadores se reunían en diferentes platós de la cadena para expresar su protesta y emitir en directo el cese a través de la aplicación de vídeo en directo Periscope de sus teléfonos móviles. “Nunca se silenciará a la prensa libre”, gritaban mientras la policía echaba el cierre.
Una de las más activas en retransmitir lo que ocurría en directo, la célebre presentadora de las noticias Banu Güven, decía así rodeada de periodistas de la IMC mientras lo grababa todo en directo: “Formando parte de un equipo así, estos han sido los años más honorables de mi carrera profesional”. Al poco, la señal desaparecía de las pantallas.
Prácticamente todos los medios prokurdos en Turquía han sido cerrados a cal y canto.