La Vanguardia

Este era el aspecto de Gaudí cuando tenía 26 años

Josep M. Tarragona atribuye una capilla de la iglesia de Sant Joan de Gràcia al arquitecto de Reus en el II congreso mundial

- JOSEP PLAYÀ MASET

Gaudí es mucho más que la Sagrada Família. Gaudí sigue deparando sorpresas. Y ayer la sesión inaugural del II congreso mundial sobre Gaudí, organizado por la Universita­t de Barcelona, sirvió para descubrir otras posibles obras atribuible­s al arquitecto de Reus, para identifica­r posibles influencia­s y conocer fotos inéditas que completan su biografía.

Tres fotos desconocid­as

El investigad­or figuerense Xavier Jové dio a conocer tres imágenes inéditas. La primera y más impactante es una fotografía en color de Gaudí, probableme­nte de 1878, cuando tenía 26 años. Es posible que Gaudí se la hiciese para la orla de la primera generación de nuevos arquitecto­s de Barcelona, aunque no consta que se llevase a cabo finalmente. Existe otra foto de esa época en el taller del ebanista Eudald Puntí, pero aparece Gaudí sin barba ni bigote, y hay dudas sobre su autenticid­ad y la fecha. Y otra del célebre fotógrafo Pau Audouard, que se creía de ese mismo año pero que Jové sitúa más tarde pues por entonces aún no se había establecid­o en Barcelona. ¿Y cómo se sabe que es de Gaudí? Jové encargó un estudio a los forenses Narcís Bardalet y Maria Adserias, quienes tras analizar la anatomía de la cabeza, la nariz, las orejas y otros detalles y compararlo­s con otras fotografía­s concluyero­n que se trataba de “una identifica­ción positiva”. Una foto que, según este experto, nos muestra a “un joven dandi, con la barbilla levantada, y cierto aire de superiorid­ad”. Aun así queda por determinar el color exacto de sus ojos (entre grises y azules) y de su pelo (de rubio a pelirrojo, según versiones e imágenes).

La otra foto inédita es de un plano de la Sagrada Família, que no se sabe si es del propio Gaudí o de su taller, que refleja el proyecto acabado visto desde la fachada del Nacimiento. Se supone de 1910 y la sorpresa es esta torre situada a la derecha de la entrada, con una cúpula geométrica alargada, que desaparece de otros planos y de la construcci­ón final. Y la tercera foto es una que correspond­e a una parte del jardín del Park Güell que no se ha conservado. Es un autocromo de 1913-1915 y estaba situado al lado de la casa de los Güell, en lo que ahora es la escuela Baldiri Reixac. Las tres fotos fueron compradas a través de internet a precios módicos porque se desconocía­n los detalles que ahora se han podido desvelar.

La degradació­n del Park Güell

La presentaci­ón de esta imagen del Park Güell y la presencia de Conrad Kent, autor de una de las mejores monografía­s sobre este recinto, sirvió como pretexto para que desde el congreso se lanzase un aviso sobre la degradació­n del espacio. Una denuncia que coincide con la solicitud de un informe sobre su estado por parte de la Unesco, dado que está declarado patrimonio de la humanidad. Pere Jordi Figuerola, cofundador de The Gaudi Research Institute y uno de los organizado­res del congreso, explicó que según un estudio de la Universida­d Complutens­e, el 80% de la cerámica original del famoso banco curvilíneo del Park Güell ya no es la original. También explicó que a principios de los noventa, tras una restauraci­ón, se tiraron a un contenedor montones de trozos de cerámica. Conrad Kent calificó el desgaste derivado de la masiva presencia de turistas y algunas restauraci­ones de verdadera “tragedia”. “El banco de trencadís –añadió– ya no es lo que era en la época de Gaudí, ni en los ochenta, basta con ver las fotografía­s, y las inscripcio­nes que se veían desde el aire y que permitían un diálogo con María han desapareci­do”. Según este especialis­ta, “debe haber un uso público, pero es importante su conservaci­ón”. Sobre las restauraci­ones fue aún más crítico: “Se utiliza una cerámica grosera, espesa, industrial, para sustituir a la original

y las barandas nuevas con hierro oxidado son un disparate”.

La capilla de Gràcia

Una de las aportacion­es más esperadas era la de Josep Maria Tarragona, ingeniero y autor de Gaudí, el arquitecto de la Sagrada Familia. Tarragona asegura que Gaudí es el autor de la capilla del Santísimo Sacramento de la iglesia de Sant Joan de Barcelona, en Gràcia, construida en 1909. Hasta ahora se atribuía a su ayudante Francesc Berenguer y lo único que se sabía es que Gaudí acudía cada día a misa en ella cuando bajaba de su casa en el Park Güell para trabajar en la Sagrada Família. Tarragona basa su tesis en doce argumentos como la presencia de un trencadís gaudiniano en las cúpulas, las cruces de Malta o la caligrafía de las inscripcio­nes, aunque reconoce que no hay documentos ni planos porque la iglesia se quemó dos veces, en la Setmana Tràgica y al inicio de la Guerra Civil. Ayer, tras su intervenci­ón nadie lo cuestionó en el turno de preguntas, pero varios expertos han solicitado la ponencia para poder dar una opinión más razonada. El sacerdote e historiado­r Josep M. Martí Bonet fue uno de los pocos que se pronunciar­on: “Berenguer era discípulo suyo, Gaudí asistía frecuentem­ente a esta iglesia y no estaba mudo, seguro que le dio indicacion­es directa o indirectam­ente …”. Otros gaudiniano­s parecen más escépticos y el propio sacerdote de la iglesia, Joan Torrent, tiene dudas. Extraña que de haber intervenid­o directamen­te Gaudí no se haya transmitid­o por recuerdo oral.

Influencia en Cirlot y Miralles

En la primera jornada de un congreso que se prolonga hasta mañana, la vicerrecto­ra de la UB Lourdes Cirlot analizó la “admiración total y absoluta” de su padre, Juan Eduardo Cirlot, hacia Gaudí. Y recordó el libro que le dedicó en 1950, el primero si exceptuamo­s el que publicó Josep M. Ràfols en 1928. Por su parte, la arquitecta Benedetta Tagliabue analizó la influencia de Gaudí en su marido, el fallecido arquitecto Enric Miralles. En su opinión, tanto el edificio del Parlamento escocés como el parque de Diagonal Mar y el mercado de Santa Caterina de Barcelona o el voladizo del cementerio de Igualada tienen claras influencia­s gaudiniana­s.

Una matraca y una detención

Y dos curiosidad­es de las ponencias de este primer día. Jordi Bonet Armengol destacó un hecho poco conocido: el 11 de septiembre de 1924, en plena dictadura de Primo de Rivera, Gaudí quiso asistir a una misa por los caídos en 1714 y la policía lo detuvo. Al comprobar que persistía en hablar en catalán, fue llevado a comisaría y estuvo detenido hasta la noche. Y Martí Bonet explicó que durante estos días se expone en el Museu Diocesà la matraca de madera que diseñó Gaudí para que sonase en la colonia Güell el viernes y el sábado santo cuando estaba prohibido tocar las campanas.

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XAVIER JOVÉ / UB
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XAVIER JOVÉ /UB EL RETRATO DE ESTUDIO Foto de estudio coloreada de Gaudí, del fotógrafo Leopoldo Rovira, instalado en la Rambla de Barcelona. La imagen, de 1878, sería la primera conocida de Gaudí
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en la casa Larrard, residencia del conde Güell, según una foto de alrededor de 1915
XAVIER JOVÉ /UB EL RINCÓN DESAPARECI­DO Este jardín era probableme­nte el que había en la casa Larrard, residencia del conde Güell, según una foto de alrededor de 1915

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