Un país pequeño, grandes desafíos
LA APERTURA ECONÓMICA, EL MARCO FISCAL HOMOLOGABLE Y LOS CONVENIOS PARA EVITAR LA DOBLE IMPOSICIÓN PERMITEN A ANDORRA LLAMAR A LA PUERTA DE EUROPA CON LOS DEBERES HECHOS Y ALEJARSE DE LA SOMBRA DEL PARAÍSO FISCAL
La inversión extranjera representa el 3,4% del PIB andorrano, más que la media europea, aunque se busca más valor añadido
Andorra y Europa. Europa y Andorra. Una relación inevitable, dos partes destinadas a entenderse. El progreso del pequeño país de los Pirineos depende de ello. Mucho ha llovido desde la Andorra del boom del comercio de los años 60, hasta finales de siglo, de las largas colas de turistas para subir al país, atraídos por un gran diferencial de precios: azúcar, tabaco, alcohol...
También la tormenta de la Andorra vista como paraíso fiscal empieza a desaparecer y, de hecho, este es el camino que se ha decidido escoger para la Andorra del siglo xxi. La encrucijada de una u otra dirección empezó a gestarse en 2009, cuando el entonces presidente de la República francesa y copríncipe de Andorra (jefe de Estado) Nicolas Sarkozy lanzó un ultimátum al Principado: o avanzaba para salir de la lista negra de paraísos fiscales, o tendría que replantearse su figura de copríncipe. A partir de ahí, se han desarrollado cuatro patas esenciales para que el ultimátum lanzado desde Francia se desvaneciera: la apertura económica, el establecimiento de un marco fiscal homologable, los convenios para evitar la doble imposición y, finalmente, lo que cerrará la cuadratura del círculo: el acuerdo de asociación con la Unión Europea.
AÑOS DE APERTURA
En verano de 2012 entró en vigor la Ley de inversión extranjera o, en otras palabras, la base legal para la apertura económica del país. A partir de ese momento, se abrió la posibilidad de que empresas extranjeras pudiesen implementarse en Andorra, y comenzó el proceso de proyección internacional de las empresas andorranas. Cuatro años después, la inversión extranjera representa el 3,4% del PIB andorrano, cuando la media europea está en el 1,24%. Sin embargo, "esperábamos una inversión extranjera con mayor valor añadido", señala la decana del Col·legi d'Economistes d'Andorra y socia directora de Gaudit, Neus Cornella. El sueño de acoger a grandes empresas está todavía a medias. El Govern, a través de la iniciativa Actúa, trabaja para conseguirlo, poniendo sus esfuerzos sobre todo en el sector salud y bienestar, así como en las nuevas tecnologías.
Pero una apertura económica, tal como plantea Cornella, no se puede llevar a cabo con sentido si no va acompañada de un marco fiscal "competitivo", atractivo para esas empresas foráneas. Y en eso se ha trabajado en los últimos años. El Impuesto sobre la Renta de los No Residentes (tipo general del 10%), el Impuesto sobre Sociedades (tipo general del 10%) y el Impuesto General Indirecto
(tipo general del 4,5%) han conseguido hallar el equilibrio entre la fiscalidad homologable (indispensable para negociar con Europa y para cerrar acuerdos para evitar la doble imposición) y competitiva. Finalmente, la aplicación, este 2016, del Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas, el IRPF (con un tipo que no supera el 10%), ha acabado de completar este proceso.
Han sido, sin duda, muchos cambios de golpe para el tejido empresarial, motivo por el que ahora piden estabilidad. "En poco tiempo hemos tenido que asumir varias figuras fiscales, hemos realizado un gran esfuerzo y ahora debemos intentar mantenerlas el máximo tiempo posible", defiende el presidente de la Confederación Empresarial Andorrana (CEA), Xavier Altimir. Por una parte, "para que las empresas del país se acostumbren", y por la otra, para poder ser competitivos con los países de nuestro entorno: "Somos un país pequeño, sin este marco fiscal, ¿qué nos quedaría?", plantea Altimir. La decana del Col·legi d'Economistes es de la misma opinión. Tocar en los próximos años el marco fiscal "genera desconfianza. Hay que definir bien las reglas del juego para poder atraer inversión extranjera".
LA IMPORTANCIA DE LOS CDI
Una vez abierto el país e implantado el marco fiscal, ¿cuál
La estabilidad del sistema financiero se pondrá a prueba con la llegada del intercambio automático de información fiscal Los empresarios piden que el nuevo marco fiscal se mantenga estable en los próximos años si se quiere ser competitivo
ha sido el siguiente paso de Andorra? Se han abierto dos bifurcaciones que llegan más allá de las fronteras: la posibilidad de firmar convenios para evitar la doble imposición (CDI) con los países del entorno, y el inicio de las negociaciones con la Unión Europea para cerrar un acuerdo de asociación.
En el caso de los CDI, los primeros se cerraron, lógicamente, con quienes el tejido empresarial establece más relaciones: Francia y España. Entraron en vigor en 2015 y este año, respectivamente. Próximamente entrará en vigor el de Portugal, y se han ido cerrando acuerdos para avanzar en este sentido con una larga lista de países. Los últimos, Chipre, Austria, Bélgica y los Países Bajos.
Sin los CDI, "la apertura económica no tendría sentido", ya que se cerraría la posibilidad de que las empresas andorranas facturasen servicios hacia el exterior, asegura Altimir. "Es imprescindible, no podríamos ser competitivos". Y cuanto más, mejor: "A más CDI, más mercado tendrá el empresario para ser competitivo".
Finalmente, Andorra se encuentra en el punto culminante de todo este proceso que se iniciaba con la alerta de Sarkozy. Ha entrado en la edad adulta, con los muebles lo suficientemente puestos para llamar a la puerta de Europa y negociar un acuerdo para entrar en su mercado interior. Este septiem-
bre, han tenido lugar las primeras reuniones técnicas, para tratar los aspectos que más podrían llegar a encallar las negociaciones: la libre circulación de mercancías y la de personas. El Govern solicita medidas transitorias para ampliar el margen de adaptación. "En este momento, Andorra no tiene una organización sectorial suficiente" que permita la llegada de un gran volumen de inmigrantes. "Si no se cierran políticas de inmigración específicas, podemos tener dificultades", considera Cornella. Los convenios firmados para evitar la doble imposición facilitan que las empresas andorranas facturen servicios hacia el exterior
En cualquier caso, los primeros pasos solo han empezado, y el Brexit tampoco ayudará a que este acuerdo se cierre de forma inminente. Además, entremedio, el Principado se encontrará con un nuevo reto que deriva de esta voluntad de apertura: el intercambio automático de información en materia fiscal.