Una juez rechaza la querella contra el fabricante del arma de Sandy Hook
La matanza en la escuela de primaria Sandy Hook, en Newtown (Connecticut), alcanzó una de las cimas del horror en el sinsentido de los frecuentes tiroteos en Estados Unidos. Hubo 28 muertos, incluido el pistolero y su madre, de los que veinte eran niños de no más de siete años de edad.
La sangre inocente no ha impedido nuevos crímenes masivos, ni ha facilitado la adopción de medidas que refuercen el control del acceso a las armas. Una de las últimas esperanzas en el incremento de las garantías se desvaneció este viernes. A menos de dos meses del cuarto aniversario,una juez de Connecticut, Barbara Bellis, rechazó la querella que nueve familias de víctimas mortales y un profesor que sobrevivió plantearon contra el fabricante del fusil que utilizó Adam Lanza. La denuncia incluye al mayorista y al armero que realizó la venta.
Ha sido un duro golpe para los querellantes, después de que la misma magistrada acordara antes que el asunto fuera a juicio y abriera una vía de grandes consecuencias. Así lo decidió entonces, a pesar de la ley federal que ofrece a los manufactureros y vendedores una amplia protección frente a las demandas en caso de que esas armas se empleen en crímenes. Apelando a esa ley, la magistrada ha rectificado. “Esta acción cae de lleno dentro de la extensa inmunidad proporcionada por la legislación”, sostiene en su resolución.
Los abogados de la empresa Remington Outdoor, fabricantes del rifle AR-15 Bushmater al que accedió el autor, pidieron el archivo de la causa. Los querellantes argumentaron que era negligente suministrar ese tipo de modelos a civiles sin preparación para su utilización.
La juez subraya la contradicción de que se denuncie una negligencia en el uso cuando se trata de un objeto que “el Congreso considera apropiado para la venta al público en general”.