EE.UU. y Rusia recuperan el diálogo sobre Siria
Escasos avances en la reunión de Lausana, aunque seguirán los contactos para acabar con la guerra
Los bombardeos sobre los barrios del este de Alepo, bajo control rebelde, continuaban ayer mientras en un lujoso hotel de Lausana se celebraba una reunión sobre el cese de hostilidades en Siria. A pesar del pesimismo reinante al inicio de la sesión, que duró cuatro horas y media, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró al abandonar el Beau-Rivage que habían hablado sobre “interesantes ideas” para poner en marcha un proceso político en Siria para acabar con la guerra.
“Nos hemos puesto de acuerdo en que es necesario prolongar los contactos a lo largo de los próximos días”, dijo Lavrov a las agencias de prensa rusas. “Hemos expresado claramente que debemos iniciar el proceso político con la máxima rapidez posible”, añadió.
A la reunión, en la que el principal acuerdo fue seguir discutiendo posibles salidas al conflicto, asistieron representantes de Estados Unidos, Rusia y varios países de Oriente Medio implicados en el conflicto (Irán, Irak, Arabia Saudí, Turquía, Qatar, Jordania y Egipto), además de un enviado de las Naciones Unidas. No hubo, pues, avances significativos, como habían previsto altos cargos estadounidenses, rusos e iraníes. Los sirios, del régimen o de la oposición (pacífica o armada), no estaban invitados a la reunión.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, se había entrevistado previamente con sus homólogos ruso y saudí, Adel al Yubeir. El resumen de Kerry fue: “Nuevas ideas, tensiones, sin rencor”.
La intensificación de los bombardeos sobre Alepo Este a finales del mes pasado hizo que Kerry diera por finalizado el acuerdo con Rusia sobre Siria, que incluía la posibilidad de luchar conjuntamente contra el autodenominado Estado Islámico (EI) y Fatah al Sham (el nuevo nombre adoptado por el Frente Al Nusra, rama siria de Al Qaeda).
El alto el fuego humanitario acordado el pasado mes de septiembre ya había sido un fracaso. La semana pasada, Kerry acusó a Rusia de crímenes de guerra por haber atacado hospitales e infraestructuras civiles en Alepo. La ciudad, que contó con millón y medio de habitantes, tiene unos 250.000, los que no tienen medios ni fuerzas para huir. La Coalición de la Oposición Siria (una de las ramas opositoras) mostró abiertamente su enfado por no haber sido invitada a las conversaciones. “No invitarnos a este tipo de reunión no hace más que complicar la situación y liar las cosas”, declaró el vicepresidente de la Coalición de la Oposición Siria, Abdel Ahad Stefo.
Al parecer, el tema central de la reunión fue el plan ideado por el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, para llevar a cabo la evacuación de los combatientes de Fatah al Sham del este de Alepo.
Kerry continuará sus esfuerzos por llegar a un acuerdo hoy en Londres, donde se reunirá con los socios europeos, no convocados al encuentro de Lausana.
Sobre el terreno, combatientes de la oposición con apoyo turco avanzaban ayer hacia la ciudad de Dabiq (entre Alepo y la frontera turca), para arrebatársela a los yihadistas, anunció el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Con su ofensiva Escudo del Éufrates, lanzada el 24 de agosto, Turquía intenta alejar de su frontera a yihadistas y rebeldes kurdos sirios a la vez.
Dabiq da nombre a la revista que publica el EI porque se supone que allí se producirá la última batalla contra los infieles antes del juicio final. De ahí su extremado valor simbólico.
El encuentro se centró en el plan de la ONU para evacuar a los rebeldes del este de Alepo