La foto (casi) perfecta
Un lector, fotógrafo de naturaleza, planteó que la imagen de los cuatro elefantes exactamente iguales debía de tratarse de una creación digital
La sección de Tendencias se abría el 27 de septiembre con un extenso informe sobre la caza de elefantes en África. En él se detallaba que entre el 2006 y el 2015 se perdieron unos 111.000 ejemplares (un 21% del total de estos animales en aquel continente) y que la causa primordial es la caza furtiva para hacerse con el marfil de los colmillos.
La doble página se ilustraba con una fotografía a gran tamaño en la que se veían cuatro elefantes cuyas imágenes, silueteadas en negro, se reflejaban en una extensión de agua a sus pies. La foto era de una perfección asombrosa: los elefantes caminaban hacía la izquierda, en línea, los cuatro en la misma exacta posición (patas, trompas, colas) y su tamaño era proporcionalmente decreciente. Además, caminaban sobre una fina lengua de tierra, de manera que sus reflejos en un agua absolutamente quieta producían una imagen de espejo nítida y perfecta.
El lector Joan de la Malla, fotógrafo de naturaleza y director del postgrado en Fotografía Digital de la Universitat Ramon Llull, planteó al Defensor que “más que una fotografía se trata de una creación digital”. “En mi opinión –argumentaba De la Malla– se trata de una foto totalmente alterada o falseada (y si la intención del autor era la de simular una situación natural, de forma muy chapucera, por cierto). No me atrevo a juzgar desde aquí al creador de la imagen, ya que no sé bajo qué criterios la creó, pero en mi opinión su uso para ilustrar conceptos de conservación es un profundo error”.
La foto, tomada del banco de imágenes de la agencia Getty, donde figura con el crédito Ullstein Bild, se seleccionó para su publicación por su fuerza estética, de la misma forma que se hace en otras ocasiones con imágenes que se utilizan como ilustración. Pero no se aclaró en el pie o en el crédito que se trataba de una fotoilustración. De hecho, como pudimos comprobar al analizar el caso, no figuraba como tal en el banco de imágenes sino como una foto real.
Puesto en contacto con Getty, Zeus Valls, director de cuentas de la agencia en España, pidió información sobre la imagen a la central de Alemania y la respuesta del fotógrafo, Klaus Steinkamp, traducida del inglés, es la siguiente: “La imagen fue retocada digitalmente. El fondo es una imagen, el elefante original se guardó como silueta, se añadió después y luego fue reflejado. Los animales son reales, pero como un gráfico”. Valls ha confirmado que, a partir de ahora, la foto figurará bajo el epígrafe “imagen modificada digitalmente”.
Hoy en día, el tratamiento digital de las fotografías ofrece inmensas posibilidades, como se ha comprobado en este caso, y desde los medios de comunicación es fundamental establecer la distinción entre fotoperiodismo y fotoilustración. Pedro Madueño, adjunto al director, defiende que “uno de los compromisos fundamentales del fotoperiodismo es mostrar la realidad tal cual es. Siempre bajo el punto de vista inevitablemente subjetivo del fotógrafo, pero sin que tengan cabida la manipulación y la alteración de la imagen”.
Para Madueño, fotoperiodista, el uso del photoshop, esa potente herramienta de la fotografía digital, “debe limitarse a un uso similar al que se hacía en los laboratorios analógicos: buscar un encuadre nuevo o trabajar cromáticamente la foto, pero nunca manipular la información”. El adjunto al director ha querido agradecer expresamente a Joan de la Malla que nos haya planteado el caso para que tanto en el diario como en las agencias de prensa se mantengan todos los filtros necesarios para que no puedan ocurrir estas situaciones.