Deneuve, ‘prix’ Lumière
La diva del cine francés es la primera mujer que recibe la distinción
“Perdona que no te reconocera: es que he adelgazado”. La voz inconfundible de Catherine Deneuve, desgranó, del 26 de septiembre al 7 de octubre, dos minutos cada día, en la cadena francoalemana ARTE, los tuits del periodista Loïc Prigent entre bastidores de la moda. Con idéntico distanciamiento, el viernes, la diva del cine francés recibió el homenaje del prestigioso Festival Lumière, de Lyon. Es la primera mujer que recibe esa distinción, en cuyo palmarés la precedieron Almodóvar Tarantino, Scorsese, Eastwood o Depardieu, entre otros.
Organizado por el director Bertrand Tavernier y Thierry Frémaux, el hombre fuerte de Cannes –lo que le permite atraer a todas las luminarias– , el Lumière, que clausura esta noche su octava convocatoria, presentó dos capítulos de la serie más esperada, Young pope, con Diane Keaton y Jude Law y, entre una centena de proyecciones, recuperó Indochina, el filme que valió a Deneuve su segundo César.
Catherine Fabienne Dorléac, Deneuve para el cine, cumplirá 73 años el próximo sábado, tuvo su primer papel a los 13 años. Contaba 17 cuando una de sus tres hermanas, Françoise Dorléac, actriz –morirá más tarde, abrasada, en accidente de circulación– la convenció de hacer una prueba. En 1962, cuando rueda con Roger Vadim, padre luego de su hijo Christian, lleva ya ocho filmes. Hoy, con más de 150, puede jactarse de haber obedecido el “¡acción!” de François Truffaut (otra de sus parejas), Jacques Demy, Marco Ferreri, Luis Buñuel, Dino Risi, Roman Polanski, Manoel de Oliveira, Raoul Ruiz, Lars von Trier, Terence Young, François Ozon, Claude Lelouch... Y como una cuarentena de los filmes que protagonizó sobrepasó el millón de entradas los productores la consideran bankable (actriz o actor que justifica el montaje de una película), sobre todo porque sus éxitos se reparten regularmente en seis décadas.
Premiada en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia, con dos César (el Goya francés) y una docena de nominaciones (una para el Oscar a la mejor actriz), fuera del plató compuso una pareja de cine con Marcello Mastroianni, padre de su hija Chiara. Si Demy, con Los paraguas de Cherburgo, la convirtió en estrella (“y me hizo amar el cine”) o Polanski, en Repulsión, le enseñó la genialidad, la relación con un Vadim famoso la obligó a crear su personaje público: una especie de autoridad natural que, sin rechazar, mantiene la gente a distancia. De hecho, si nada es más habitual que cruzarla en una calle de París, en restaurantes y pastelerías (es gourmet/golosa), irradia una especie de repelente de inoportunos. “Tengo relaciones calurosas con la gente, creo que soy bastante sociable –suele explicar– pero no dejo que me hablen de cierta manera ni que me pregunten intimidades”.
Su madre, Renée Simonot, y su padre, Maurice Dorléac, eran actores. “Mi madre, que acaba de cumplir 105 años, cantaba en casa. Mi padre sólo era estricto con la ortografía y el vocabulario. Viajábamos a menudo y en el coche recitábamos poemas o cantábamos”. Françoise le llevaba un año y medio. Murió a los 25 años. En 1996, Catherine la recordó en una larga entrevista del documental Elle s’appelait Françoise, de Anna Andreu. “Su desaparición es el gran drama de mi vida, lo más doloroso que me sucedió”.
¿Y su propia belleza? “Creo que todo empezó con una portada de Look que me llamaba la mujer más hermosa del mundo y lo repitieron muchas revistas. Pero, francamente, nunca me lo tomé en serio. Yo me sabía guapa, pero no tenía la impresión de ser Ava Gardner”.
Además, Catherine Deneuve es consciente de no haber supeditado su carrera al físico. Rápidamente optó por el cine de autor. Uno de ellos, Buñuel, la decepcionó: “No le gustaban demasiado los comediantes; odiaba los problemas y prefería los actores fáciles. Tuvimos algunos roces en Belle de jour porque no quise someterme a exigencias que no habían sido previstas”. En fin, aunque no le obsesiona envejecer, ni la salud (enciende un pitillo con la colilla del anterior), y se siente “bastante filósofa”, lamenta que “aunque dicen que el amor dura toda la vida, en el cine no es cierto: de año en año te proponen menos historias de amor”.
Predecesores suyos han sido Almodóvar, Eastwood, Scorsese, Tarantino o Depardieu La actriz, que el sábado cumplirá 73 años, tiene fama de mantener las distancias con la gente