¿Por qué nos interesan sus vidas?
Ana Obregón se suma hoy a los programas de telerrealidad con famosos siguiendo la estela de ‘Alaska y Mario’ y ‘Las Campos’ en España y ‘Las Kardashian’ en Estados Unidos
Primero fueron Alaska y Mario. Después Las Campos. Y a partir de esta noche le toca a Ana Obregón. El fenómeno de la telerrealidad protagonizada por famosos lleva años en boga en la televisión estadounidense, con Las Kardashian como reinas del género, y ahora algunas parrillas nacionales empiezan a hacer hueco a producciones propias con famosos españoles.
Algo pasa con Ana llega hoy a DKISS a partir de las 22 horas y durante ocho episodios mostrará el día a día de esta actriz y presentadora, que durante cuatro meses ha convivido con varias cámaras a su alrededor.
Infiltrarse en la vida cotidiana de algunas celebridades parece La gente sigue estos espacios que tienen un punto de ‘voyeur’ para identificarse o hacer comparaciones dar réditos televisivos. ¿Por qué los espectadores se muestran interesados en sus vidas? “Siempre ha tenido mucho gancho a nivel televisivo ver lo que hacen los demás, tanto si son famosos como si son anónimos”, explica el director de contenidos de DKISS, Paco Díaz, quien cree que el espectador de estos programas “puede verse reflejado o sentirse identificado en algunas casos, mientras que en otros lo que hace es comparar sus vidas con la de esas personas”. Para Cristina Ramírez, directora de MTV, estos realities “permiten vivir otras vidas cómodamente desde el salón de su casa y más si son vidas tan peculiares y divertidas como en el caso de Alaska y Mario Vaquerizo”.
Leonardo Baltanás, director de producción de contenidos de Mediaset, apunta un factor reciente en el éxito de estos programas: el salto del interés por personajes famosos a las redes sociales: “Allí ellos mismos comparten su vida cotidiana con sus seguidores y han visto una grandísima oportunidad de alargar sus estatus de celebridad. Desde el punto de vista televisivo, es evidente que tanto por la identificación con determinados personajes como, por el contrario, cierto efecto aspiracional, los personajes conocidos son de alto interés por una gran parte de la sociedad”.
Parte del éxito de estos programas “depende mucho de quién lo protagonice”, asegura Díaz de DKISS. Tienen que ser personajes o familias que “tengan una vida que se pueda contar, mostrar y exhibir”. Después del éxito cosechado por las cuatro temporadas de Alaska y Mario emitidas en MTV y de Las Campos el pasado verano en Telecinco, el canal DKISS buscaba “un personaje que impulsara la cadena” y tuvieron claro desde el principio que Ana Obregón era perfecta para que fuera el buque insignia de su primera temporada completa (el canal inició sus emisiones a finales del pasado mes de abril). Producido por Globomedia, Algo pasa con Ana sigue a la actriz a en distintas facetas de su vida (madre, hija, amiga, personaje público) y en diversos momentos su día a día, algunos más habituales como ir al supermercado o preparar el cumpleaños de su hijo y otros menos habituales como visitar un sex shop o buscar pareja en internet. Quizás en algunos casos se produzca algo de morbo en el seguimiento a los famosos en su vida cotidiana, aunque Díaz prefiere hablar de “proceso de observación y de curiosidad sana” porque para él la palabra morbo tiene una connotación despectiva que no se adecúa al objetivo de la cadena.
Los límites en este tipo de programas suelen pactarse con los propios protagonistas: “En Algo pasa con Ana se marcaron unas escaletas de contenido y una línea por donde iba a ir el programa de mutuo acuerdo con Obregón”. Hay unos eventos puntuales previstos en cada programa pero luego, cuando se empiezan a desarrollar las grabaciones, “pueden
surgir sorpresas porque una cosa es lo que está guionizado y otra lo que va surgiendo en el día a día de forma natural. Al ser Ana un personaje tan mediático, pues allí donde va levanta expectación”. En el caso de Las Campos, “todo el contenido que apareció en el programa fue consensuado con las protagonistas, apunta Baltanás, de Mediaset. Son situaciones cotidianas muy atractivas para el espectador por lo novedosas y diferentes respecto a la faceta meramente laboral que conocían de ellas por su trabajo en televisión”. Ramírez, de MTV, también apunta que “es obvio” que deben existir límites en estos programas, aunque en el caso de Alaska y Mario fueron pocos porque los dos “tienen un gran sentido del humor y cualquier situación se convertía en una trama divertida para nuestra audiencia”.