Más allá del tiempo y el balón
Messi confirma una recuperación total y marca en su tercer balón, con menos de tres minutos en escena
Desde que salió a calentar al comienzo de la segunda parte, la grada estaba más pendiente de la figura de Messi que de un partido ya decidido. El juego discurría, en una acción intrascendente, por la parte opuesta del campo y el Camp Nou lanzó una exclamación que no parecía venir a cuento. Messi se había posicionado en el punto de salida y la mayor parte de las miradas se había olvidado de la pelota para focalizarse en el crack, inmóvil en la banda, absolutamente templado. Después de 25 días y tres partidos de ausencia, Leo, armado con el brazalete de capitán que le cedió Busquets, iba a disponer de 35 minutos para recuperar ritmo y sensaciones de competición con vistas al fastuoso compromiso contra el Manchester City del miércoles. 35 minutos. Argumento convincente para pagar una entrada y tiempo suficiente para que el astro volviera a brillar.
“No ha tardado mucho en encontrarse a pleno gusto y a pleno rendimiento”, juzgó Luis Enrique. El tercer balón que pasó por los pies del argentino terminó alojado en las redas de Germán Lux. Llevaba menos de tres minutos en el terreno de juego. Para los adversarios, esto es una eternidad; para el barcelonismo, una bendición. Mientras Neymar efectuaba maniobras de distracción con la pelota en la zona de ataque, Messi lanzó un desmarque relámpago en
EN PLENAS FACULTADES
OBJETIVO CHAMPIONS
diagonal que el defensa Arribas no pudo obstaculizar, aunque puso todo su empeño, y el brasileño le envió el esférico, vertical, raso, entre cuatro contrarios. Leo llegaba en velocidad, en posición forzada y había perdido ángulo, pero decidió resolver en primera instancia con un disparo al primer palo. En teoría este trazado está controlado por el portero, pero Lux no pudo reaccionar ante el remate potente, preciso y alto.
Puesto que la jugada requiere un compendio de velocidad, talento, potencia, determinación y precisión cabe concluir que Messi está en plenas facultades para afrontar en la Liga de Campeones el doble enfrentamiento frente al equipo de Pep Guardiola. Un duelo del que podrán extraerse conclusiones respecto al potencial de títulos en la tercera temporada de Luis Enrique.
Prosiguió el partido, y la puesta a punto de Messi, en un estadio que registró la segunda mejor entrada de la temporada (83.553 espectadores) y dio una vuelta de tuerca en la implantación del Espai d’Animació. 900 aficionados se situaron en este sector, el triple que hasta ahora, y por su persistencia en las labores de agitación concedió al Camp Nou un ambiente extraordinario. Hasta a Ronaldinho aclamaron. El club había anunciado la presencia del astro brasileño en el palco, pero no apareció, circunstancia que dio lugar a comentarios del estilo: “Se ha quedado en
El gol de Leo fue un compendio de velocidad, talento, determinación, fuerza y precisión El estado del crack es el mejor aval para afrontar con confianza el doble compromiso ante el City
el gimnasio”, “El partido es demasiado pronto para él”. No se perdió un partido antológico Ronaldinho, pero sí el primer doblete de Rafinha con el primer equipo del Barça y el noveno gol de Messi en sus nueve actuaciones del curso. Leo no evidenció ningún síntoma de la inactividad. Ocupó espacio, activó jugadas de peligro, controló la situación y buscó la segunda diana con una jugada individual en la que fabricó un hueco para el disparo desde la frontal del área. Lux tu-
vo que replicar con una estirada prodigiosa. Lesión, ¿qué lesión? En los últimos minutos Messi, que prefiere el balón al pie, efectuó un desmarque de más de 25 metros a plena velocidad que terminó resultando estéril, pero denota que el estado físico y anímico del crack está en un punto óptimo. “Messi es el mejor del mundo. Así de fácil”, definió después del partido Rafinha, que fue el héroe de la tarde hasta que apareció Leo para reivindicar un reinado eterno.