La Vanguardia

El Madrid fulmina la crisis

El equipo de Zidane arrasa al Betis en una gran primera parte y se deja ir en la segunda

- CARLOS NOVO Madrid

El Madrid rompió su negativa racha de cuatro empates con una goleada en el Villamarín, donde fue a por el partido desde el pitido inicial. La actitud intimidant­e de los de Zidane derritió de inicio a un Betis que ya no pudo nunca meterse en el juego al ir siempre a remolque en el marcador. Sentenciad­o el choque en la primera parte, el Madrid se dejó ir un tanto en la segunda. La victoria alivia las dudas de los blancos, que se mantienen con los mismos puntos que el Atlético y con dos más que el Barcelona.

Las bajas no afectaron para nada al juego del Madrid, que salió sin jugadores que parecen fundamenta­les en su esquema, como Ramos, Casemiro o Modric. Sí actuó la BBC arriba y los tres ofrecieron buenos síntomas. Bale fue un puñal en su banda. Benzema mejoró sus últimos registros y marcó un gol de mucha habilidad. Cristiano fue otra vez el más flojo, voluntario­so pero un tanto obcecado con el gol al fallar una ocasión clamorosa a puerta vacía antes de los cinco minutos.

La pujanza con la que el Madrid comenzó el partido le dio dividendos enseguida. Un centro de Kroos fue cabeceado a gol en el corazón del área por Varane. Iban tres minutos y el Madrid ya estaba en ventaja. Era la peor noticia que le podían dar al Betis. Cuando el Madrid se adelanta en el marcador puede manejar mufinitiva­mente chos más registros que cuando necesita imperiosam­ente abrir defensas cerradas, su asignatura pendiente desde hace años.

A favor de obra el Madrid no decayó como en Las Palmas o Dortmund. Es verdad que su rival anoche era otro, bastante más flojo. Sin embargo el Madrid lo ha pasado otras veces muy mal ante equipos como el Eibar, que no es mucho más que el Betis. En el Villamarín la actitud fue diferente. Muy vertical, bien manejado por Kroos, le buscó las cosquillas al rival en una primera parte pletórica. La goleada se intuyó enseguida. El Betis aguantó como pudo otros veinte minutos, pero las ocasiones siempre fueron azules, el color ayer del Madrid.

El segundo gol que rompió de- el partido llegó a la media hora y fue una sutileza de Benzema, que engañó a Adán en su remate. Ahí acabó toda pelea. El cuarto de hora hasta el descanso fue parecido a un recital. Marcelo, que reaparecía, hizo el tercero en pleno desconcier­to local en una jugada en la que hubo una mezcla de ilegalidad­es y suerte. El brasileño pareció recibir en fuera de juego, se llevó el baló con el hombro y marcó de remate mordido, un balón que hizo un extraño para superar al portero.

Aún le caería el cuarto al Betis antes del descanso en una contra de libro de las que el Madrid firmaba a menudo en tiempos de Mourinho, cuando acostumbra­ba a encerrarse a las primeras de cambio y buscaba las contras casi como su única jugada. En esta ocasión el balón salió del área del Madrid, recorrió todo el campo a gran velocidad con una sucesión de toques que desarbolar­on la descolada defensa local y el golpeo final llegó a cargo de Isco.

El Betis lo intentó con timidez en la segunda parte. Cejudo aprovechó un error de Pepe en la salida del balón para el gol del honor, pero Isco hizo muy pronto el 1-5. Y por fin Cristiano firmó su golito, el sexto y último.

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CRISTINA QUICLER / AFP Benzema, autor del segundo gol madridista, intenta rematar de forma acrobática

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