Los sindicatos sólo siguen en consejos del sector público
Las antiguas cajas de ahorros han prescindido de ellos este año
El 30 de junio pasado, los representantes de los trabajadores desaparecieron del consejo de administración de CaixaBank. Fue uno de los últimos consejos en los que los sindicatos perdieron sus asientos. Una vez eliminada su presencia en las antiguas cajas de ahorros sólo mantienen representación en la empresas públicas como Renfe, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) o Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), por mencionar algunos ejemplos. Existe alguna excepción como la del gigante del acero Arcelor Mittal, que mantiene representantes sindicales en su consejo, pero es por razones históricas, ya que la empresa proviene de la pública Aceralia. En las diferentes compras y fusiones por las que ha pasado el sector se ha respetado la presencia sindical.
En las cajas de ahorros la desaparición de los sindicatos se produjo en el marco de su reconversión en bancos y siguiendo las exigencias de Frankfurt de profesionalizar al máximo sus consejos de administración. Escándalos como las tarjetas black de Caja Madrid, donde hay involucrados representantes de CC.OO. y UGT no ayudaron a su continuidad.
“En España, en las cajas los sindicatos jugaban un papel de representes políticos o sociales pero no participaban realmente en la gestión”, señala Ricard Serlavós, profesor del Departamento de Dirección de Personas y Organizaciones de Esade. Lo cierto es que en estos órganos de las entidades de ahorro eran minoría los representantes de las trabajadores. Y en muchas ocasiones, siempre votaban a favor de lo que decidía la mayoría, pero también es cierto que en algunos casos como Caixa Penedès o Caixa Catalunya contribuyeron a que afloraran malas prácticas.
El modelo de las cajas de ahorros españolas era muy distinto al que se da en Alemania, donde por razones históricas la presencia de los sindicatos en la gestión de la empresa es fundamental. El origen del modelo de cogestión arranca en el siglo XIX y se consolida después de la Segunda Guerra Mundial. Sarlavós explica que “el modelo de referencia que utilizamos, que es el alemán, es bastante singular y obedece a unas circunstancias históricas difíciles de replicar”.
Según ese modelo, que se acabó de definir en la década de los setenta, en el consejo de administración y de vigilancia de las compañías están presentes los sindicatos. Por esa razón, en el consejo de administración de Seat (empresa filial del grupo alemán Volkswagen) se sienta un representantes del sindicato alemán IG Metal, Bernd Osterloh.
El presidente del comité de empresa de Seat y también presidente de UGT de Catalunya, Matías Carnero, explica que en Alemania los sindicatos representan hasta el 50% del consejo y si tienen que aprobar ajustes de personal, lo hacen. Carnero aporta como ejemplo el caso del representante del sindicato IG Metal en Volkswagen que acabó como responsable de recursos humanos del grupo. “Es un modelo diferente al que tenemos aquí”, añade el presidente del comité de empresa del fabricante de coches con sede en Martorell.
Dolors Llobet, la última consejera que tuvo CC.OO. en CaixaBank, y secretaria de comunicación de este sindicato en Catalunya, afirma que “apostamos por democratizar la empresa y las decisiones que se toman; creemos que es fundamental poder participar en los órganos de gobierno”.
La participación sindical en los órganos de administración en España contrasta con la cogestión de Alemania