Patricia Phelps
Las piezas permitirán al museo completar su discurso respecto a Latinoamérica
COLECCIONISTA
La coleccionista Patricia Phelps de Cisneros ha donado 102 obras maestras de arte latinoamericano al MoMA diciendo que “es como cuando casas a tu hija con un buen marido. Te duele que se vaya de casa, pero te alegras al volver a verla”.
El valor sentimental queda más que acreditado. “Es como cuando casas a tu hija con un buen marido. Te duele que se vaya de casa, pero te alegras al volver a verla”.
La respuesta de Patricia Phelps de Cisneros, ante “la pérdida” de ese tesoro, no hace más que remarcar la donación al MoMA de 102 obras de su colección latinomericana, anunciada ayer. Glenn Lowry, director del Museo de Arte Moderno de Nueva York, lo calificó de “regalo transformador”.
Estas piezas, de marcada tendencia sobre la abstracción geométrica, se suman a las 40 que Patricia y su marido, el empresario venezolano Gustavo Cisneros, han cedido en los últimos 16 años.
“Esto es un sueño hecho realidad”, subrayó Lowry.
A cambio, para satisfacción de la benefactora, la institución se compromete a establecer y financiar un instituto de investigación de arte latinoamericano, bajo el nombre de la mecenas. El objetivo es convertirlo en un gran talismán para el estudio y el desarrollo de los creadores latinos.
Es decir, la hija se casa pero recibe una buena dote. Lowry insiscomo tió. No se trata de obras amontonadas en un almacén. Si no estaban rotando por exposiciones o en préstamo, este legado del constructivismo colgaba de las paredes del hogar de los Cisneros. Algunas han formado parte de su paisaje cotidiano por cuarenta años. “No son abstracciones para Patty”, sostuvo Lowry.
“Gustavo siempre me dice al regresar de la oficina, a ver qué sorpresa me encuentro en casa”, bromeó la protagonista principal.
El conjunto –pinturas, esculturas y obras en papel– incluye a un total de 37 artistas y se circunscriben a cuatro países y cuatro periodos en los que se rompió con el realismo: Uruguay en los treinta del pasado siglo, Argentina en los cuarenta, Brasil en los cincuenta y Venezuela en los sesenta.
Aparecen nombres como Lygia Clark, Hélio Oiticica, Lygia Page, Jesús Rafael Soto, Alejandro Otero o Tomás Maldonado. El catálogo digital permite hacer un primer vistazo al asunto.
Un cuadro de Raúl Loza enmarcó la presentación. Dentro de su crónica sentimental, Patricia Cisneros citó a dos de sus preferidos, la venezolana Gego (originalmente Gertrud Goldschmidt), “por sus dibujos sin papel, que es ella lo designaba (trabajaba con alambre), y el brasileño Oiticica, que “se inspiró en las favelas y trabajó con materiales pobres”.
Más allá de la cantidad, esta donación permite al MoMA cubrir huecos y asignaturas pendientes entre las 6.000 creaciones que ya dispone de la otra América. El acuerdo incorpora la realización de una exhibición monográfica con este material una vez que se concluyan las obras de expansión y se abra la nueva ala, cuestión prevista a partir del 2019.
Sin embargo, Lowry afirmó que está muy lejos de sus intenciones el encadenar este legado a una especie de gueto aislado.
Al margen de esa muestra de presentación, las obras se dispondrán en relación con otras creaciones de su género, en conversación con otros artistas de diferentes lugares, como los europeos o sus vecinos norteamericanos. “La estrategia es integrar estos trabajos en la normalidad, no segregarlos”, aseguró Lowry.
Sorprende que, criada en Venezuela, de exuberancia en las formas, a esta mujer le apasione la línea escueta. Lo atribuye a su época escolar. Recuerda que, en los años cincuenta, el modernismo escultórico y arquitectónico alcanzó furor, con Caracas y Brasilia a la cabeza. “Cada día yendo al colegio veía obras maestras. Eso afectó a mi manera de percibir el mundo. De vivir en Alemania, las iglesias barrocas hubiesen marcado mi estética. No soy psiquiatra, no sé por qué, pero este tipo de arte me llena el alma”.
Aunque le duela que su hija –la creatividad latinoamericana– se vaya de casa, ella se plantea que en ningún otro lugar estará rodeada de tantos genios y de semejante proyección global.
LA IMPORTANCIA El legado, de marcada tendencia abstracta, se suma a las 40 creaciones ya donadas MÁS QUE UNA EXPOSICIÓN El MoMa dedicará una muestra monográfica, pero insiste en su carácter transformador