Suspenso político
Los empresarios asistentes al XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar, iniciado ayer en A Coruña, han valorado en una encuesta la situación económica española con 5,31 puntos (entre 0 y9) y la política, con un 1,79.
Los empresarios asistentes al XIX Congreso Nacional de la Empresa Familiar, iniciado ayer en A Coruña, y que se prolongará hasta hoy martes, han valorado en una encuesta la situación económica española con 5,31 puntos (entre 0 y 9) y la política, con un 1,79.
Como demandas al próximo gobierno, los responsables de las compañías familiares han reclamado la necesidad de una simplificación administrativa y la “unidad de mercado”, como también un pacto por la educación. En referencia a la coyuntura económica, han apostado mayoritariamente por un mercado de trabajo flexible y eficiente, y una mejora de la calidad del capital humano, aunque también han pedido la disminución de las barreras regulatorias y una fiscalidad moderada.
El actual contexto económico y político ha marcado el discurso de las intervenciones inaugurales. El presidente de IEF, Ignacio Osborne, remarcando la inquietud provocada por la falta de gobierno, expuso que “la confianza es el principal aliado de la inversión” y, añadió, que “la incertidumbre es su mayor enemigo”. Por su parte, Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España, aseguró que pese al “entorno actual” la economía española crece “de forma sostenida” y destaca de las empresas familiares su “percepción positiva” de la economía.
La inauguración recayó en Felipe VI, que alabó el crecimiento “estable y sostenible” de las empresas familiares y apostó por seguir aplicando medidas que dinamicen su desarrollo. También destacó su papel esencial en la economía española, ya que representan el 90% de las empresas totales y generan el 60% de la producción total.
El congreso cuenta con la presencia de ponentes como Pablo Isla, presidente de Inditex; Fernando Fernández, economista de IE Business School, y Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas.