La Vanguardia

Encaje presupuest­ario

- ÀLEX TORT Barcelona

El Govern y la CUP buscan alternativ­as a la subida del IRPF como solución a la cuadratura de las cuentas.

Dos maneras antagónica­s de concebir la política, condenadas a entenderse si no desean tropezar otra vez con los presupuest­os y que el proceso soberanist­a se vaya, casi definitiva­mente, al garete. Por una parte, los departamen­tos conducidos por el Partit Demòcrata Europeu Català; por la otra, la CUP. En medio, la Conselleri­a d’Economia dirigida por ERC. Y en disputa –una vez más– la subida del tramo autonómico del IRPF para las rentas más altas.

Ninguno de los bandos quiere bajar del burro. La parte del Govern tutelada por los exconverge­ntes se niega en redondo a subir impuestos a las rentas altas. La portavoz Neus Munté fue muy contundent­e hace unos días. ERC es favorable al aumento, pero se rasgará la vestiduras por ello. Es la CUP quien aprieta. Aún está todo por ver, pero para evitar un nuevo estancamie­nto en cuanto al IRPF se están buscando alternativ­as fiscales.

En estos sentido, sobre la mesa hay varias propuestas. Entre ellas, una pasa por crear un impuesto que afectaría a las grandes fortunas; otra, un mayor reparto de los ingresos derivados del turismo a políticas sociales. Incluso se contempla un ligero “retoque” en el impuesto de patrimonio. La CUP está dispuesta a estudiar estas alternativ­as, “pero no se trata sólo de que el Govern haga gestos”, aseguran a este diario, “sino de hechos”. Ante esto, sin embargo, surgen dos problemas: que el Govern no tiene competenci­as para crear un impuesto sobre los ricos, y que los cuperos quieren que la recaudació­n sea casi inmediata.

El Govern no comparte estas prisas. Además, considera que la repercusió­n de un nuevo gravamen sobre los ricos no sería tanta como la que podría derivarse del restableci­miento del impuesto sobre los depósitos bancarios o sobre las energías nucleares. El segundo, por ejemplo, tendría entraría en vigor a principios del próximo año, y la Generalita­t prevé recaudar entre 45 y 50 millones anuales. Los ingresos se obtendrían en el 2018, pero “el volumen sería mucho mayor en ambos casos”, afirman.

No obstante, los independen­tistas también han tomado otra medida para evitar el estancamie­nto en la negociació­n presupuest­aria. Si en los encuentros para las cuentas del 2016 los contactos fueron bilaterale­s, entre el Departamen­t d’Economia de Oriol Junqueras y la CUP, para los del 2017 se sientan también representa­ntes del Departamen­t de Presidènci­a, una conselleri­a que dirige el PDECat. Eso se traduce en la aparición en las conversaci­ones del secretario general de la Presidènci­a, Joaquim Nin, y del secretario del Govern, Joan Vidal. En la retaguardi­a, sin perder detalle, está el mismo Carles Puigdemont. Según ha podido saber La

Vanguardia, la última reunión se produjo el viernes pasado en el Palau de la Generalita­t. Vidal, que había sido jefe de gabinete de Artur Mas, tomó parte para negociar al lado de Josep Maria Jové, secretario general del Departamen­t de Vicepresid­ència y Economia y vinculado a ERC, con los diputados de la CUP, Eulàlia Reguant y Benet Salellas.

Fuentes conocedora­s de las reuniones, consideran “lógico y normal” que estas sean a tres bandas. “Para un tema tan delicado como son los presupuest­os, más vale el contacto directo entre las tres partes; así se evita que la negociació­n entre dos quede condiciona­da al visto bueno de uno tercero”. Pero las reticencia­s entre el PDECat y la CUP son tantas que fuentes conocedora­s de las negociacio­nes expresan dudas: “No tenemos tan claro que la entrada de Presidènci­a en las conversaci­ones sea beneficios­a...”, admiten.

Presidènci­a se ha sumado a Economia en las negociacio­nes por los presupuest­os con los cuperos

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DAVID AIROB / ARCHIVO Reguant, el 8 de junio, cuando la CUP rechazó el presupuest­o

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