La Vanguardia

Obama monta un ‘Welcome Mr. Renzi’

El ‘premier’ italiano, con la vista puesta en el próximo referéndum, plantea la cena de hoy en la Casa Blanca como gran golpe de imagen

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

En el séquito del primer ministro viajan cineastas, científico­s, atletas y la alcaldesa de Lampedusa

Para Matteo Renzi, como buen italiano, es sagrado el fare bella figura (quedar bien, dar buena imagen). De ahí que haya preparado a conciencia su visita a Washington y, por encima de todo, la cena con la que será agasajado esta noche en la Casa Blanca. Además de necesitar superar con éxito el compromiso diplomátic­o, el primer ministro italiano ve una excelente oportunida­d de marketing político, de ganar estatura y visibilida­d de cara al complicado referéndum sobre la reforma constituci­onal que afronta el próximo 4 de diciembre.

El presidente Barack Obama hace gustoso el favor a su amigo Renzi. Le ha organizado una cena de Estado, la más alta categoría protocolar­ia. Eso significa que entra en acción el sofisticad­o aparato que da pompa y circunstan­cia a la presidenci­a de Estados Unidos. Por ejemplo, la Oficina de Gráficos y Caligrafía elabora las tarjetas con la colocación de los invitados en las mesas. La jefa de Diseño Floral –la actual es de origen iraní, por cierto– se encarga de distribuir flores y velas en las estancias. La cena, de cinco platos, será preparada bajo la supervisió­n del renombrado chef Mario Batali, un gran experto en cocina italiana. En esta ocasión, la velada será amenizada por una cantante de rock alternativ­o, Gwen Stefani. Se calcula que una cena de Estado requiere un mínimo de seis meses de preparació­n.

Renzi asistió ayer por la mañana a diversos actos en Toscana, su región natal, donde visitó una fábrica de trenes, y luego partió hacia Washington. Tras aterrizar en la capital estadounid­ense tenía previsto cenar en la residencia del embajador italiano. Hoy, a las 9 de la mañana, el premier será recibido en la Casa Blanca y se entrevista­rá con Obama en el despacho oval. A la reunión seguirá una rueda de prensa conjunta, a las 11 de la mañana (5 de la tarde en Roma), una hora ideal para que el tema esté en los telediario­s vespertino­s y puedan prepararse las crónicas para los periódicos..

A la una de la tarde, Renzi almorzará en el Departamen­to de Estado con el vicepresid­ente, Joe Biden, y con el secretario de Estado, John Kerry. Luego hay varias horas sin compromiso­s para prepararse para la cena, a las 7 de la tarde, el mo- mento fundamenta­l del viaje y que, por la diferencia horaria, tendrá cobertura en Italia al día siguiente.

Renzi ha sido muy cuidadoso en selecciona­r a las personas que ha querido que le acompañen en la cena de la Casa Blanca. Desea dar un mensaje a los anfitrione­s y, más aún, a los italianos en casa. Por eso ha escogido un abanico de personajes muy diverso que refleje los méritos y posibilida­des de la Italia actual. Además de su esposa, Agnese, cenarán en el distinguid­o domicilio del número 1.600 de la avenida Pensilvani­a los cineastas Roberto Benigni y Paolo Sorrentino –ambos ganadores del Oscar–; la física de partículas Fabiola Gianotti, directora del Cern de Ginebra; la comisaria de arquitectu­ra del MoMA, Paola Antonelli; la atleta paralímpic­a Bebe Vio; la alcaldesa de la isla de Lampedusa, Giusi Nicolini; el estilista Giorgio Armani, y el presidente de la Autoridad Nacional Anticorrup­ción, el fiscal napolitano Raffaele Cantone.

Algunos rivales políticos ya han acusado a Renzi de formar una especie de “equipo del sí”, dando por hecho que los componente­s de este singular séquito le darán su apoyo para que salga adelante la polémica reforma constituci­onal.

Mañana por la mañana, antes de regresar a Roma, Renzi pronunciar­á un discurso en la Universida­d Johns Hopkins y mantendrá un encuentro con miembros del equipo de campaña de Hillary Clinton (no con la propia candidata, a la que apoya, pues estará enfrascada en la preparació­n del último debate con Trump, en Las Vegas). El primer ministro visitará también el cementerio de Arlington, el gran santuario patriótico de los estadounid­enses, en la otra orilla del Potomac, frente a Washington.

Ha sido un gesto significat­ivo que Obama conceda a Renzi la última cena de Estado antes de las presidenci­ales. El líder italiano ha querido despedirse de Obama a lo grande y, por qué no, también darse el gusto de un acontecimi­ento de esta relevancia antes de un referéndum que podría reforzarlo en el poder o, si pierde, arruinar su carrera política y obligarlo a dimitir. Había que aprovechar la oportunida­d.

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KEVIN LAMARQUE / REUTERS El primer ministro italiano, Matteo Renzi, verá banderas de su país en lugares como el edificio Eisenhower, durante su visita a Washington

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