Rajoy sigue a la espera y mantiene al PP en silencio para no interferir
Una orden de prudencia y de silencio fue la única instrucción que el presidente del PP, Mariano Rajoy, transmitió a su partido tras la dimisión de Pedro Sánchez y el nombramiento de una gestora, que abría la posibilidad a su investidura que el anterior líder socialista le negaba.
Y así sigue. En silencio, para no interferir en el proceso de debate de los socialistas, en espera de que el proceso que vive el PSOE le permita ser presidente. Por eso ayer, de nuevo, sólo respondió con un “vamos a esperar”, cuando en Salamanca fue preguntado por si veía su investidura más cerca. Y en una conversación informal con periodistas, el presidente del Gobierno insistió en esa actitud y aseguró estar tranquilo. No porque sepa que los socialistas se abstendrán, sino porque tiene la tranquilidad de quien ha hecho “todo lo que se podía hacer” para que haya un gobierno en plenitud de funciones. Ahora, cree que no está en su mano, depende de una decisión que debe adoptar el PSOE.
Así que hasta el domingo, prudencia y silencio. No ha vuelto hablar con Javier Fernández. Ya lo hará, dice, después del comité federal. Y como no hay qué decir, el silencio afecta al PP, que por tercer lunes consecutivo no ha celebrado la habitual rueda de prensa tras la reunión del comité de dirección del PP. Ayer, ni siquiera hubo la reunión de la dirección popular. Rajoy estaba en Salamanca en la reunión de la Comisión Conmemorativa de la Universidad de Salamanca, y no se reunió bajo la presidencia de María Dolores de Cospedal, como solía ocurrir antes.
Rajoy sólo ha roto este silencio en dos ocasiones durante estos 17 días, la primera vez fue para acallar las voces de su partido que ponían al PSOE condiciones para aceptar una abstención en la investidura, y la segunda en un acto para corroborar públicamente lo que el presidente de la gestora del PSOE, le pedía, que estaba dispuesto a ganarse la estabilidad del Ejecutivo.