De Marruecos a Catalunya
Un montaje teatral basado en la obra de Laila Karrouch acerca Vic y la ciudad de Nador
El colectivo de inmigrantes más importante establecido en Catalunya es el marroquí, con 215.000 residentes, diez mil de los cuales viven en Osona y cerca de cuatro mil en Vic. La inmensa mayoría de los magrebíes establecidos en la comarca son de origen amazig y provienen principalmente de la ciudad rifeña de Nador. Este colectivo habla una lengua diferenciada del árabe de cinco mil años de antigüedad.
Días atrás, el teatro L’Atlàntida –lleno hasta la bandera– acogió el estreno de
Nador, una ambiciosa producción de Vic Capital de la Cultura Catalana 2016, un montaje inspirado en la obra literaria de Laila Karrouch, conocida escritora amazig residente en Vic que ha publicado cuatro libros en catalán. Más allá de la vertiente estrictamente teatral, el estreno de Nador fue un acontecimiento social. Nueve años después de ganar el premio Columna Joven 2004 con el libro de memorias De Nador a Vic, Karrouch publicó la autobiografía novelada Petjades a
Nador, donde explicaba su lucha contra la intolerancia y a favor de mantener las raíces. A partir de estos dos libros la compañía CorCia, dirigida por Joan Roura, elaboró una dramaturgia basada en la historia de una mujer que vive entre Marruecos y Catalunya, dos mundos alejados en muchos aspectos.
Nador es un viaje sensorial al interior del ser humano, donde la protagonista pone voz a las personas que, como ella, viven a caballo entre dos culturas. Las imágenes del pasado en Marruecos se confunden con una realidad donde la mujer magrebí (Marta Parramón) y el hombre catalán (Jordi Arqués) exteriorizan las diferentes maneras de entender el amor, la lealtad, la feminidad, la sexualidad y las raíces de dos personas próximas en el presente, pero con una iconografía de su pasado bien diferente. Para CorCia, Laila es un ejemplo del proceso de adaptación e integración en la cultura catalana que, sin renunciar a sus orígenes, han hecho muchos inmigrantes que en los últimos años se han instalado en Catalunya.
Además de leer y adaptar la obra literaria de la escritora, con inclusiones escénicas de fotografías y filmaciones de las dos zonas geográficas, los componentes de CorCia Teatre también viajaron a Nador para ver, oír y palpar en directo el latido de una población que hace más de treinta años está unida a Vic por un cordón umbilical invisible pero real.
Tres décadas después de su llegada a Vic cuando tenía ocho años, Laila reflexiona sobre su vida: “Nunca imaginé que echaría tanto de menos mi tierra. Fui muy ingenua pensando que, con los años y la distancia, los recuerdos de la infancia irían perdiendo fuerza. Al contrario: yo crecía y la nostalgia también”. Tras el estreno en Vic, la compañía CorCia llevará la obra a diferentes poblaciones catalanas y también tiene la intención de escenificarla en un teatro de Nador.