La esteticista de las manos de oro
Seguro de 16 millones para la experta que trata a los Windsor
Deborah Mitchell dio sus primeros pasos como esteticista en los años ochenta, haciendo limpiezas de cutis y poniendo pestañas postizas, y hoy es una empresaria de éxito, propietaria de la línea de tratamientos de belleza Heaven Skincare, que está valorada en 33 millones de libras (36,6 millones de euros) y arrasa en Inglaterra. Mitchell viaja a menudo para atender una agenda de clientas célebres, pero en el Reino Unido tiene algunas de sus incondicionales, entre ellas Catalina de Cambridge, que llegó a ella siguiendo la recomendación de su
suegra, Camila Parker Bowles, además de Victoria Beckham o Gwyneth Paltrow. No es de extrañar que con un negocio tan boyante, Mitchell tenga aseguradas sus manos por 15 millones de libras (16,6 millones de euros), según publicó ayer el Daily Mail y retuiteó la propia empresaria.
“Mis manos son muy importantes para mí porque en cualquier momento podrían llamarme para asistir a un viaje importante con un cliente y no querría defraudarlos”, explicó Mitchell, que según las condiciones establecidas en la contratación del seguro, debe tomar medidas especiales para proteger sus manos de posibles daños. Eso incluye que no puede abrir puertas, que debe llevar guantes cuando pasea a sus perros para evitar la fricción de las correas, que tiene prohibido utilizar menaje de cocina que pueda producir quemaduras como ollas, sartenes o el hervidor de agua o electrodomésticos como el microondas y el horno, que debe utilizar guantes de jardín para cuidar el jardín y manejar todos los cubiertos con guantes de seda. Todos los días, explicó, dedica 30 minutos a hacer ejercicios con las manos y masajearlas con aceites de cera de su propia marca.
Mitchell, que tiene 51 años, creó su línea de tratamientos en los años noventa. Uno de los productos superventas es la mascarilla facial de veneno de abeja con efecto bótox, que cuenta con miles de fans. El veneno de abeja provoca un efecto tensor en la musculatura de la cara y alisa y reafirma la piel, haciendo que las líneas de expresión y las arrugas se marquen menos.
Deborah Mitchell no tiene permitido por la aseguradora tocar el horno o cazuelas y ni siquiera abrir puertas