Kyrgios irá al psicólogo antes de volver a las pistas

Nick Kyrgios siempre ha sido un deportista peculiar. Dejó el anonimato cuando derrotó a Rafa Nadal en octavos de final de Wimbledon en el verano del 2014. Entonces se convirtió en el tenista más joven que supera a un número uno desde que el balear lo hiciera ante Federer en el 2005 y ya dejó pistas de su carácter imprevisible, de gran calidad en su raqueta pero inestable en su cabeza. Un año después se le atribuye la expresión “eres sucia escoria” dirigida a un juez de línea, aunque el tenista alegó que “me lo dije a mí mismo”. Ese 2015 fue sancionado con 220.000 euros por su lamentable comportamiento en octavos ante Gasquet cuando regaló el partido. Y este año, en Shanghai, el extravagante australiano repitió la escena y entregó su duelo ante Zverev.

Llueve sobre mojado y por este motivo la ATP ha decidido mover ficha y obligar a Kyrgios a pasar por una terapia psicológica si quiere volver a jugar a partir del 7 de noviembre. De momento, el australiano deberá pagar 25.000 euros y ha perdido perdón, lo que no es habitual en la élite. “Tras la decisión de la ATP me gustaría aprovechar esta oportunidad para disculparme de nuevo por las hechos sucedidos en Shanghai. La temporada ha sido larga y batallé con varias lesiones y otros desafíos hacia el final del verano. El circuito asiático fue especialmente duro después de ganar en Tokio y con el viaje a través del continente, mi cuerpo, finalmente se resintió en Shanghai, tanto física como mentalmente”, se excusó Kyrgios.

De momento, vuelve la calma tras la tempestad. Pero todo es pasajero con Kyrgios en liza. En marzo, en la Copa Davis, el capitán Hewitt no pudo contar con él por motivos desconocidos. Oficialmente estaba enfermo, pero la realidad es distinta. Kyrgios se ausentó. “Quiero utilizar este tiempo para mejorar dentro y fuera de las pistas”, ha añadido el australiano. ¿Su propuesta de enmienda es sincera?