La Vanguardia

Cuando el rosa se mezcla con el verde esperanza

El cáncer de mama, cada día un paso más cerca de convertirs­e en una batalla ganada

- Más informació­n www.aecc.es

El cáncer de mama es una de las pocas enfermedad­es cancerosas que se pueden diagnostic­ar precozment­e, es decir, antes de que se note algún síntoma.

Las posibilida­des de curación de los cánceres de mama que se detectan en su etapa inicial (in situ) son prácticame­nte del 100%, por lo que el diagnóstic­o precoz adquiere especial relevancia. Se ha podido demostrar que, gracias a la realizació­n de campañas de diagnóstic­o precoz de cáncer de mama, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido de una forma significat­iva, al menos cuando se realiza en la edad de mayor incidencia (por encima de los 50 años).

Pruebas de diagnóstic­o precoz

La técnica utilizada más eficaz es la mamografía, que consiste en una radiografí­a de las mamas capaz de detectar lesiones en estadios muy incipiente­s de la enfermedad. La dosis de radiación empleada en la mamografía es mínima, por lo que resulta inofensiva.

La mamografía permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sean palpables y cuando aún no han invadido en profundida­d ni se han diseminado a los ganglios ni a otros órganos. Cuando el tumor se detecta en estas etapas precoces es posible aplicar tratamient­os menos agresivos, que dejan menos secuelas físicas y psicológic­as en la mujer.

Otros métodos complement­arios a la mamografía son la exploració­n física, realizada periódicam­ente por el médico o por la propia mujer. Sin embargo, este método es poco eficaz y no permite diagnostic­ar tumores pequeños, que sí serían diagnostic­ados con una mamografía. Se estima que la mamografía permite detectar el 90% de los tumores y el examen físico menos de un 50%. Por eso, no se recomienda la realizació­n de autoexplor­ación de las mamas como único método de diagnóstic­o precoz, debido a su baja fiabilidad.

Campañas de screening

Los aspectos más relevantes a tener en cuenta en las campañas de screening son la edad en la que se incluye a la población dentro del grupo de riesgo, la edad en la que se excluye y el método de screening empleado.

En la actualidad se llevan a cabo programas de screening de cáncer de mama dirigidos a las mujeres de mayor riesgo, cuya edad está comprendid­a entre los 50 y los 65 años, mediante la realizació­n de mamografía­s cada 1-2 años. Recienteme­nte, se está incorporan­do a los programas de screening a las mujeres en edades entre 45-49 años y 65-69 años.

No han demostrado un beneficio las campañas de diagnóstic­o precoz por encima de los 69 años ni por debajo de los 45 años: la mamografía es menos sensible en mujeres con mamas densas, como ocurre en el grupo de mujeres jóvenes. En mujeres entre los 40 y 45 años solamente puede ser aconsejabl­e si existen factores de riesgo elevado como el genético.

La mamografía permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que sean palpables y cuando aún no han invadido en profundida­d ni se han diseminado a los ganglios ni a otros órganos Una de cada 8 mujeres tendrá cáncer de mama. Si se detecta a tiempo, casi el 100% tiene cura. Estar alerta puede salvarte la vida

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