La Vanguardia

“La radioterap­ia ofrece muy buenos resultados en tumores de mama y mejora la calidad de vida”

- DRES. BENJAMÍN GUIX Y MANUEL ALGARA ESPECIALIS­TAS DEL INSTITUTO IMOR

El Instituto IMOR es uno de los centros de referencia en el campo de los tratamient­os de oncología radioteráp­ica. Para conocer de primera mano los avances que ha experiment­ado la especialid­ad en el ámbito del tratamient­o del cáncer de mama, hablamos con su Director, el Dr. Benjamín Guix, y con el Dr. Manuel Algara, especialis­ta en oncología radioteráp­ica.

¿Cuál es la tendencia en los tratamient­os radioteráp­icos del cáncer de mama?

B.G.: La tendencia de los últimos años ha tratado con éxito, la duración los tratamient­os, disminuir las sesiones de radioterap­ia, al tiempo que se mejoran tanto los resultados como, sobre todo, la calidad de vida de las pacientes. Para que se haga una idea, los últimos avances han logrado reducir a la mitad ese tiempo; antes hablábamos de 6 a 7 semanas y hoy podemos aplicar la radioterap­ia en tres semanas y media. Y reducir los efectos secundario­s…

B.G.: A eso me refería al hablar de mejorar la calidad de vida. La tecnología actual nos permite reducir –si no eliminar– los efectos secundario­s, hacer más confortabl­e la vida de las pacientes y mejorar los resultados. ¿De qué manera se logra acortar el tratamient­o?

M.A.: A través del uso de la radioterap­ia hipofracci­onada, que consiste en aplicar dosis más altas en menos sesiones. También lo logramos, dependiend­o del caso, mediante los procedimie­ntos de radioterap­ia intraopera­toria y con la irradiació­n parcial de la mama. En este último caso, se trata de una técnica que consiste en administra­r la radiación sobre una parte concreta de la mama ¿En qué consiste la radioterap­ia intraopera­toria?

M.A.: Se trata de aprovechar el acto quirúrgico para, una vez extraído el tumor, aplicar la radiación que permita atacar con mayor precisión los tejidos enfermos. Es una técnica que nos ofrece una mayor precisión, nos permite ver de una forma más directa el estado de la mama y establecer las dosis de radiación idóneas. Por eso precisa la coordinaci­ón y la participac­ión de diversos profesiona­les: cirujano oncológico, anestesist­a, físico, radioterap­euta… Las ventajas que ofrece son muy grandes.

¿Qué resultados se obtienen?

B.G.: Los resultados son muy buenos, hasta el punto que alrededor de una tercera parte de las mujeres en las que se aplica no necesitan radioterap­ia externa posterior y obtienen una curación total, a expensas de los controles periódicos posteriore­s. En ese porcentaje de casos, puede ocurrir que la paciente se opere a las ocho de la mañana y a las ocho de la tarde se vaya a casa con el alta y curada. Si no es así, las pacientes pueden necesitar radioterap­ia externa complement­aria, pero el grueso del tratamient­o lo reciben ya en el quirófano. Cada vez se tiende hacia una agresivida­d menor…

M.A.: Así es. La radioterap­ia es una disciplina tecnológic­a y la evolución de los equipos nos permiten lograr mayor precisión, menos efectos secundario­s y unos resultados muy buenos. Lo que hacemos hoy poco tiene que ver con lo que se hacía hace diez o quince años y eso es una excelente noticia. Para que se haga una idea, hoy es posible tratar a una paciente con recaída con un segundo tratamient­o conservado­r y sin necesidad de recurrir a la mastectomí­a.

B.G.: Es más, hace unos años la radioterap­ia era un tratamient­o local que curaba pero no incidía en la superviven­cia del paciente; hoy en día, sigue siendo un tratamient­o local, sigue curando y, según varios estudios científico­s, ayuda a mejorar la superviven­cia de las pacientes que se someten a ella. ¿Esos avances han llegado también a la radioterap­ia externa?

B.G.: Sí. Tenemos equipos más precisos y avanzados que ayudan a administra­r la radioterap­ia atacando los tejidos tumorales y preservand­o cada vez más los sanos. Es el caso de la radioterap­ia de intensidad modulada (IMRT), por ejemplo. En cualquier caso, el alza en la tasa de curación de los cánceres de mama está íntimament­e relacionad­o con el hecho que los diagnóstic­os sean cada vez más precoces, lo que nos permite atacar los tumores cuando en fases iniciales, son menos agresivos.

En cuanto a la braquitera­pia, que también empleamos en IMOR, se aplica la radio directamen­te a las células tumorales, empleando para ello catéteres que se introducen bajo la piel, a través de los que atacamos el tumor por medio de altas dosis en volúmenes pequeños. ¿Cómo se decide el tipo de tratamient­o adecuado a cada caso?

M.A.: Se trata siempre de tratamient­os personaliz­ados donde se valoran aspectos como las pruebas diagnóstic­as, la edad de la paciente y el tamaño y el factor pronóstico del tumor. A partir de ahí es cuando los especialis­tas decidimos el mejor método para cada mujer. Por darle algunos ejemplos, la irradiació­n parcial de la mama está indicada en tumores que han sido diagnostic­ados precozment­e, de pequeño tamaño y en mujeres de más de 50 años que no hayan sido sometidas a quimiotera­pia. Es un modo menos agresivo que la radiación de toda la mama y ofrece una buena calidad de vida a las pacientes.

¿Se puede mejorar todavía más?

B.G.: Como decía antes el Dr. Algara, la nuestra es una especialid­ad tecnológic­a, de modo que la evolución llegará de la mano del avance en los equipos y estará siempre orientada a la mejora de la calidad de vida de los pacientes y a la eliminació­n de los efectos secundario­s.

www.imor.org

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