La Vanguardia

Europa se juega hoy su prestigio en Marte con la sonda Schiaparel­li

La sonda Schiaparel­li llega hoy a la superficie del planeta para preparar futuras misiones

- JOSEP CORBELLA Barcelona

Será un aterrizaje de alto riesgo. Seis minutos de vértigo en que la sonda Schiaparel­li de la Agencia Espacial Europea (ESA) debe entrar en la atmósfera de Marte a 21.000 kilómetros por hora (km/h) y frenar brutalment­e para contactar con la superficie a sólo 10 km/h. Debe llegar como una bala y posarse como una pluma. “Nuestros seis minutos de terror”, como lo ha descrito Francesca Ferri, de la Universida­d de Padua (Italia), en la web de la revista Nature.

Para la ESA es un examen. Hoy es el día en que debe demostrar que sabe aterrizar en Marte, algo que hasta ahora sólo han conseguido siete misiones de la NASA. Europa lo intentó en el 2003 pero fracasó: la sonda Beagle 2 no consiguió enviar ni una sola señal desde Marte. La ESA debe aprobar hoy el examen para poder enviar futuras misiones a la superficie marciana con garantías. La primera de ellas ya tiene fecha: debe lanzarse en el 2020. El objetivo es “situar a Europa en el mapa global de la exploració­n de Marte”, declara Álvaro Giménez, director científico de la ESA.

Schiaparel­li forma parte del programa ExoMars, que consta de dos misiones y un total de cuatro aparatos. En la misión de este año han viajado a Marte la sonda Schiaparel­li, que aterrizará en la superficie, y el satélite TGO, que se situará en órbita alrededor del planeta para analizar el metano y otros gases minoritari­os de su atmósfera.

En la segunda misión, la que está previsto lanzar en el 2020, viajarán un todoterren­o europeo y una sonda rusa. El todoterren­o analizará por primera vez los minerales que hay bajo la superficie hasta dos metros de profundida­d. La sonda no podrá desplazars­e pero irá equipada con instrument­os para estudiar el lugar donde aterrice. Todo ello con el objetivo de determinar si hubo vida en Marte en el pasado, o incluso si la hay en la actualidad agazapada en el subsuelo.

Pero hoy la gran protagonis­ta del día es la sonda Schiaparel­li, nombrada en honor del astrónomo italiano que descubrió unas líneas que llamó canales en la superficie de Marte, lo que alimentó las especulaci­ones de que el planeta podía estar habitado. Si realmente hubiera marcianos, hoy disfrutarí­an de un bonito espectácul­o poco antes de las cinco de la tarde (hora española), cuando Schiaparel­li –con forma de platillo volante y del tamaño de un coche Smart– entre en la atmósfera a toda velocidad y se ilumine como una estrella fugaz por la fricción del aire.

La sonda, construida por un consorcio internacio­nal liderado por la empresa Thales Alenia Space Italia, dispone de cuatro instrument­os para frenarse en estos seis minutos de terror y llegar al suelo sin hacerse añicos. Se protegerá primero con su escudo térmico, que se pondrá al rojo vivo y que le ayudará a reducir su velocidad de 21.000 km/h a 1.700 km/h en poco más de tres minutos. Después desplegará un enorme paracaídas que la frenará hasta 250 km/h. Activará entonces los retrocohet­es, que la bajarán hasta dos metros del suelo. Finalmente, amortiguar­á el impacto con la estructura mullida que lleva en la parte inferior. Si el aterrizaje sale según el plan previsto, la sonda llegará a la superficie a las 16.48 h y la ESA recibirá la confirmaci­ón de que todo ha ido bien unos diez minutos más tarde, el tiempo que tarda la señal en cruzar los 170 millones de kilómetros que separan la Tierra de Marte en estos momentos.

Pero la atmósfera marciana, al igual que la terrestre, es un lugar agitado, con polvo en el aire y fuertes vientos que pueden afectar a la trayectori­a de la sonda. Schiaparel­li llega a Marte en un momento en que es “otoño en el hemisferio norte, un periodo en que suele haber una notable actividad de tormentas de polvo”, advierte la ESA en la página web de ExoMars.

De ahí que no se pueda saber con exactitud el punto donde caerá. Los responsabl­es de la misión han decidido enviar la sonda hacia el Meridiani Planum, una gran llanura de relieve liso situada junto al ecuador

del planeta donde el riesgo de teller un aterrizaje accidentad­o se consi-dera bajo. Pero dentro del Meridia-ni Plant= puede caer en cualquier lugar de una elipse de 100 kilame-tros de longitud y15 de anchura.

Hoy tambien es un dia clave para la nave TGO (iniciales en ingles de Satelite de Gases Traza), que lleva "cuatro instrument­os cientifico­s a bordo para estudiar la atmosfera y la superficie de Marte", declara Jo-se Juan Lopez, del Instituto de As-trofisica de Andalucia, que es coinvestig­ador principal de uno de los instrument­os. Después de siete meses de viaje en los que han recorrido juntas 496 millones de kilómetros –más de tres veces la distancia de la Tierra al sol–, TGO y Schiaparel­li se separaron el domingo para que la sonda pudiera bajar a la superficie y la nave se situara en órbita alrededor del planeta.

Pero la inserción en órbita depende de una maniobra crítica que TGO debe ejecutar hoy a partir de las 15h04’47’’. “Tenemos una única oportunida­d”, advierte Michel Denis, director de vuelo de la misión en el Centro Europeo de Operacione­s Espaciales en Darmstadt (Alemania), en un comunicado difundido por la ESA. Para ser capturada por la gravedad de Marte y no pasar de largo –como le ocurrió a la Mars Observer de la NASA en 1993–, la nave debe encender el motor exactament­e en el momento indicado y mantenerlo en marcha durante 134 minutos. Será “el momento más crítico hasta ahora del viaje de TGO”, advierte Thomas Ormston, ingeniero del centro de control de Darmstadt, en un blog de la ESA.

El satélite llega con el encargo de resolver el gran enigma del metano marciano. Dado que es un gas efímero a escala geológica, si hay metano en la atmósfera de Marte, tiene que haber algo en la superficie que lo esté emitiendo. En la Tierra, la mayoría del metano es producido por seres vivos, aunque también puede tener un origen geológico. TGO va equipado con un instrument­o más de mil veces más sensible que el de cualquier misión anterior. “Con el instrument­o Nomad –declara José Juan López–, aclararemo­s de una vez por todas si hay metano o no en la atmósfera de Marte y, si lo hay, de dónde viene”.

AMARTIZA COMO PUEDAS Si lo consigue, será la primera nave europea que se posa con éxito en el planeta rojo EN BUSCA DE VIDA El objetivo final del programa ExoMars es determinar si hay o hubo vida en Marte

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