Jaime Martín
Jaime Martín, titular de la Orquestra de Cadaqués
DIRECTOR DE ORQUESTA
El titular de la Orquestra de Cadaqués sustituye hoy al recientemente fallecido sir Neville Marriner en el concierto que la insigne batuta inglesa iba a ofrecer dentro del ciclo BcnClàssics. La cita en el Palau se convertirá en todo un homenaje.
El de hoy en el ciclo BcnClàssics será uno de los conciertos más emotivos de la Orquestra de Cadaqués (Palau de la Música, 20 h), pues es el que iba a ofrecer sir Neville Marriner. El fundador de la Academy of St. Martin in the Fields y director honorífico de la de Cadaqués moría en su casa de Inglaterra el 2 de octubre, a los 92 años. A su memoria dedica hoy la de Cadaqués el programa que él mismo diseñó: la obertura del ballet Alphonse et Leonore de Sor, el Concierto para violín en mi menor de Mendelssohn (de solista, el reciente ganador de un Grammy Augustin Hadelich), y la 2.ª Sinfonía de Beethoven. Le sustituye en el podio el titular del conjunto, Jaime Martín (Santander, 1965), quien además era amigo cercano e invitado a sus divertidas Nocheviejas, con gente como el naturalista David Attenborough... Nos lo cuenta el santanderino mientras nos muestra las últimas fotos junto al maestro, tomadas por su hijo adolescente.
Usted se formó al lado de Marriner en la dirección orquestal. Cuando comencé con la Orquestra de Cadaqués, como flauta, yo vivía en Londres. Y a raíz de eso Marriner me propuso ser primera flauta en su St. Martin in the Fields. Fue él quien me animó a dirigir, porque decía que dirigía desde la silla. Yo me reía. En realidad todo empezó porque un conocido me ofreció dirigir una orquesta joven en un festival de verano. Se lo comenté y Neville dijo: “Eso quiere decir que tendremos que buscar a otro flautista dentro de cinco años”. Y así fue. Mi primera oportunidad seria fue con la Orquesta de Cadaqués y el propio Neville, hace siete años. Él dirigió la primera parte y yo la segunda. Luego me ofrecieron ser titular de una orquesta sueca y dejé incluso de tocar en la London Philharmonic.
¿Marriner le apadrinó? Que yo sepa nunca he ido a ningún sitio recomendado por él. Sí que me llamaron el otro día de una orquesta en Sofía que él solía dirigir y con la que tenía un concierto en diciembre... Al final, se ha tratado más de la curiosidad que he tenido como músico de orquesta sobre por qué suena una orquesta diferente con un director u otro. Es algo que no puedes poner en palabras, cuestiones del estado de ánimo. El director tiene que enfocar toda esta energía de los músicos, canalizarla en una dirección, pero sin ser dogmático. Eso lo aprendí de Neville y de otros directores con los que he trabajado. Neville es el símbolo del antidivo. En la época en la que empezó, los directores eran símbolos de poder y disciplina... Karajan, Toscanini. Neville era diferente: tenía que tener carácter, pero sin perder los papeles. Es el segundo director que más discos ha grabado después de Karajan. Lo de ser sir, decía, era “una desventaja, pues te cobran más en todas partes”, ja ja.
¿Por qué cree que siguió viniendo a dirigir la de Cadaqués? Creo que le gustaba la fórmula de solistas europeos. Creía en el proyecto y nos ayudó, empezando por el nombre: la orquesta nació en el festival de Cadaqués, pero no tuvo más conexión con la localidad. Y él dijo que debíamos conservarlo. La gente se acostumbra a la calidad, ese es tu sello, no el nombre.
¿Cuál es ese sello con 28 años? Nos hace sentir jóvenes. Se creó con quienes salíamos de la Jonde para poder seguir juntos aun estando desparramados por Europa. El sello sigue siendo la efusividad de ese primer encuentro. Hay quien no nos ubica, no es una fórmula habitual en España la de orquesta que no trabaja de forma estable pero que cuenta con los mejores músicos. Hay gente que las llama orquestas de bolo, pero la ventaja es que no caes en la rutina y atraes a músicos de cámara.
EL HOMENAJE EN BCNCLÀSSICS Martín sustituye hoy al fallecido director y conserva el programa previsto en el Palau