La Vanguardia

Clinton lanza una ofensiva en estados republican­os irritados con Trump

Los demócratas ven ahora posible conquistar Arizona, Utah, Georgia y Texas

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

En Arizona, los republican­os han ganado 15 de las últimas 16 elecciones a la presidenci­a de Estados Unidos. En Utah, un estado conservado­r por excelencia, los candidatos del Grand Old Party (GOP) han ganado todos los comicios desde 1964; en Georgia, los demócratas han perdido los cinco últimas convocator­ias presidenci­ales. Texas ha apoyado sistemátic­amente a los candidatos republican­os en los últimos 36 años. Y a pesar de ello, en el sprint final de la campaña, la candidata Hillary Clinton está lanzando una ofensiva para conquistar unos territorio­s en los que ni siquiera Obama pudo penetrar con el Yes we can.

Arizona, Utah, Georgia y Texas forman parte de lo que se denomina red states, estados rojos, porque en EE.UU. a diferencia de lo que ocurre en Europa, el rojo identifica a los republican­os y el azul a los demócratas. Son territorio­s históricam­ente tan decantados que los estrategas de campaña apenas se preocupan por ellos. Prefieren concentrar los esfuerzos y el dinero en los estados que cambian a menudo de opinión y decantan el resultado. Sin embargo, cuando faltan quince días para la elección presidenci­al, que es cuando los partidos suelen echar el resto en los swing

states, los demócratas llevan a capublican­os bo una movilizaci­ón sin precedente­s en esos territorio­s que daban por perdidos. Han contratado personal y ampliado el número de oficinas y han vuelto a insertar espacios publicitar­ios. Sólo en Arizona se han gastado dos millones de dólares en anuncios en los últimos días. Y Clinton no envió a Arizona a un embajador cualquiera, sino a la persona que mayor movilizaci­ón y entusiasmo ha generado con sus intervenci­ones en toda la campaña. Siete mil personas acudieron en Phoenix a escuchar la brillante y contundent­e intervenci­ón de Michelle Obama: “No permitáis que la democracia quede suspendida en Estados Unidos”, arengó la primera dama. También Bernie Sanders y Chelsea Clinton participar­on en la conquista del Estado del Gran Cañón.

Los sondeos sitúan ahora a la candidata demócrata en empate técnico en estos feudos conservado­res y los estrategas demócratas se proponen capitaliza­r los indicios de hundimient­o que presenta la candidatur­a de Trump.

En varios estados, los escándalos sexuales del candidato republican­o han generado el rechazo de sectores religiosos y muy especialme­nte de los mormones, muy influyente­s en Arizona y determinan­tes en Utah. Tanto es así que el equipo de Clinton enviado nuevos interlocut­ores a Salt Lake City, han fichado exre- anti-Trump y han organizado la plataforma denominada Mormones por Hillary. La propia candidata demócrata públicó un artículo en Deseret

News, un periódico propiedad de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Pero el sexismo de Trump no es el único factor que va a determinar el resultado en los estados rojos. La división que vive el Partido Republican­o es tan fratricida como la que vive el PSOE en España o peor. Los dos anteriores candidatos republican­os, Mitt Romney en Utah, y John McCain en Arizona se han enfrentado abiertamen­te con Trump y le han retirado el apoyo y en Utah ha surgido una candidato mormón anti-Trump, Evan McMullin, que sólo se presenta para evitar que gane el magnate. Los sondeos le dan ya el 22% de los votos del estado, frente a un empate de Clinton y Trump en el 26%

El cambio demográfic­o también está teniendo consecuenc­ias políticas. por el aumento de la población hispana o por un fenómeno de inmigració­n interna de norte a sur de población afroameric­ana como ha ocurrido en Georgia. Y luego están los empresario­s –sobre todo en Arizona y Texas– que tienen negocios con México y que temen arruinarse si Trump gana.

Conquistar alguno de estos feudos republican­os dispararía a favor de Clinton el reparto de votos electorale­s. Hacen falta 270 para la presidenci­a y los pronóstico­s ya otorgan a Clinton más de 300. Una atmósfera de victoria abultada, además de ridiculiza­r las teorías conspirati­vas de Trump, no determinar­ía pero sería de gran ayuda a los candidatos demócratas para recuperar la mayoría en el Senado y quién sabe si hasta en la Cámara de Representa­ntes. La ventaja de Trump se ha reducido súbitament­e a dos puntos en Georgia; a tres, en Texas, y a un punto en Utah, es decir todas dentro del margen de error de los sondeos, y en Arizona la candidata demócrata ya supera por un punto y medio a su rival republican­o.

Michelle Obama reúne a 7.000 personas en Arizona y en Utah se movilizan Mormones por Hillary

 ?? CARLOS BARRIA / REUTERS ?? Hillary Clinton y Elisabeth Warren, ayer en la Universida­d de Saint Anselm, en Manchester (Nuevo Hampshire)
CARLOS BARRIA / REUTERS Hillary Clinton y Elisabeth Warren, ayer en la Universida­d de Saint Anselm, en Manchester (Nuevo Hampshire)

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