El Papa recibe por sorpresa a Maduro y se ofrece a mediar
Un emisario de Francisco está en Caracas para facilitar el diálogo
El Papa recibió ayer por sorpresa al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y se ofreció a seguir haciendo gestiones para contribuir a la superación de la grave crisis institucional que vive el país latinoamericano. El encuentro, que se prolongó durante media hora y no había sido anunciado previamente, tuvo carácter privado y se desarrolló en una sala anexa al Aula Pablo VI, donde se celebran algunas de las audiencias públicas.
El comunicado divulgado por la Santa Sede después de la reunión, a última hora de la tarde, era bastante explícito sobre las intenciones de Francisco y su voluntad de mediación. Según la nota vaticana, el encuentro de produjo “en el marco de la preocupante situación de crisis política, social y económica que el país está atravesando y que repercute gravemente sobre la vida cotidiana de la entera población”. “De este modo, el Papa, que persigue el bien de todos los venezolanos, ha deseado continuar ofreciendo su aportación a favor de la estabilidad del país y de cualquier paso que contribuya a resolver las cuestiones abiertas y a crear mayor confianza entre las partes”, proseguía el comunicado. Bergoglio invitó a “emprender, con coraje, la vía del diálogo sincero y constructivo para aliviar los sufrimientos de la gente, en primer lugar de los pobres, y promover un clima de renovada cohesión social que permita mirar con esperanza el futuro de la nación”.
Maduro hizo escala en Roma, procedente del golfo Pérsico, y debía volar luego a Caracas. El presidente venezolano ha realizado una gira por países productores de petróleo en un intento por fomentar una estrategia de subida de precio del crudo que alivie a la economía venezolana en la actual coyuntura.
La presencia de Maduro en el Vaticano coincidió con las reuniones políticas que mantuvo en Caracas un emisario de Francisco para tratar de desbloquear la situación, según informó el presidente del Parlamento, Henry Ramos Allup.
En la Santa Sede siguen con suma atención los acontecimientos en Venezuela. El secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, fue nuncio apostólico en Caracas, durante cuatro años (2009-2013), antes de que Francisco lo nombrara para el actual cargo tras ser elegido Papa. Se da también la circunstancia de que otro personaje muy relevante en la Iglesia, el nuevo superior general de los jesuitas, nombrado hace pocos días, Arturo Sosa Abascal, es venezolano. Sosa y Francisco mantienen una fluida relación. Justo ayer, el Papa visitó la Curia Generalicia –sede central– de la Compañía de Jesús, junto al Vaticano, pronunció un discurso y departió en privado con los participantes en la actual congregación de la orden.
El conflicto venezolano se ha emponzoñado todavía más al quedar paralizado el referéndum de revocación de Maduro que promovían las fuerzas opositoras. Ambas partes se han acusado mutuamente de dar un golpe de Estado.
La diplomacia vaticana durante el pontificado de Francisco ya se ha apuntado éxitos muy relevantes como el proceso de acercamiento entre Washington y La Habana. La actitud del Papa argentino influyó también, en el 2013, para que EE.UU. y sus aliados no lanzaran una ofensiva militar de gran escala para derrocar al régimen sirio de Bashar el Asad.
El presidente de Venezuela hizo escala en Roma tras una gira por países petroleros de Oriente Medio