El ataque del EI en Kirkuk anticipa que la batalla de Mosul será dura
Mientras las fuerzas iraquíes seguían ayer bombardeando las posiciones del Estado Islámico (EI) en los alrededores de Mosul, Kirkuk superaba un ataque que ilustra la gran preparación y determinación de los guerrilleros yihadistas. La batalla de Mosul se anticipa, así, muy dura y complicada.
Un centenar de yihadistas llegaron a Kirkuk la madrugada del viernes y el domingo por la tarde, después de un intenso intercambio de fuego en una escuela de primaria, donde mataron a 131 personas y sufrido 74 bajas.
El ataque había sido muy bien planeado y contó con la ayuda de células durmientes en el interior de la ciudad, lo que indica que el EI conserva una gran capacidad para llevar el terror allí donde se lo proponga, aunque esté bajo presión en el frente de Mosul. Sin ir más lejos, ayer murieron once personas en Bagdad, en atentados aleatorios contra la población en diversos barrios chiíes.
El objetivo del EI en Kirkuk, al igual que en Bagdad, no es ganar territorio sino sembrar el caos, y para ello cuenta con la ayuda de civiles suníes enfrentados a chiíes y kurdos, una fractura sectaria que dificulta enormemente la estabilidad del país.
Los cien guerrilleros llegaron a Kirkuk a las tres de la madrugada del viernes, según una investigación de la agencia Reuters. Viajaron desde Mosul, un centenar de kilómetros al nordeste, en furgonetas pick-up. Se dividieron en 20 grupos de cinco y su primer blanco fue la sede de Asayesh, una fuerza kurda de seguridad e inteligencia. Los combates en torno a esta base duraron hasta el anochecer. Halo Najat Hamza, director de esta unidad, aseguró que los guerrilleros del EI “son los más profesionales que he visto desde el 2003”. No sólo estaban bien armados con granadas, fusiles, lanzacohetes y chalecos explosivos, sino que también estaban muy bien entrenados para la lucha urbana.
Establecieron francotiradores en las azoteas de dos hoteles cerrados por reformas y justo enfrente de la sede del gobierno local, que atacaron con cohetes. Ocuparon viviendas, se hicieron con vehículos privados y lucharon calle por calle. Desde los altavoces de las mezquitas lograron difundir el mensaje de que la ciudad había caído.
El sábado, 24 horas después de iniciado el ataque, las autoridades kurdas enviaron refuerzos: 3.000 peshmergas que llegaron desde Irbil y Suleimaniya. Kirkuk está fuera de la región autónoma del Kurdistán pero la influencia kurda es determinante.
Los peshmergas aún buscaban ayer al resto de la fuerza expedicionaria yihadista, escondida en algún lugar amigo.