La gran belleza
Piazzale Loreto, en Milán, forma parte de la historia de Italia porque en la gasolinera de la plaza el 29 de abril de 1945 la resistencia colgó para exhibir los cadáveres de Benito Mussolini y de su amante Clara Petacci. Pero para el ciclismo, Piazzale Loreto ya era un lugar señalado. Es el inicio de la leyenda rosa. De allí partió el 13 de mayo de 1909. Fueron 397 kilómetros hasta el Hipódromo Zappoli de Bolonia, donde después de 14 horas, ganó Dario Beni. Acaba de nacer el Giro. En 2017 la corsa rosa cumple 100 ediciones y se homenajeará a los grandes héroes, entre ellos al actual campeón, pasando por Sicilia, cuna de Vincenzo Nibali.
La Gioconda. La afición al ciclismo en el país transalpino siempre ha crecido a partir de rivalidades. Eso es así desde los tiempos en que el joven Alfredo Binda destronó al veterano Girardegno en 1925. Binda llegó para quedarse. Fue el primero en ganar cinco veces la carrera, con 41 etapas, incluyendo 12 de las 15 de 1927. Pero además siempre corría con una sonrisa en el rostro y le apodaron como el famoso cuadro de Da Vinci.
‘Un uomo al comando’. El récord de precocidad se lo arrebató Fausto Coppi a Binda al ganar el Giro con 20 añitos. Sus luchas con Bartali aún se debaten a día de hoy por quién le pasó un bidón al otro. Su gran exhibición fue un ataque a 192 kilómetros de meta en 1949. “Un uomo solo al comando”, se escuchó en la Rai. El campionissimo llegó a meta con más de 11 minutos de ventaja sobre Bartali. Ambos tendrá su gloria en el centenario ya que una etapa partirá de Ponte a Ema, ciudad natal del Monje, y otra terminará en Tortona, donde bajó las alas el Airone.
El idilio de Poblet. No fue el primer español en ganar una etapa (lo hizo Bernardo Ruiz en 1955) ni el primero en vestir la maglia rosa (se la puso Salvador Botella en 1958) ni el primero en subir al podio (lo logró Antonio Suárez en 1961) pero hubo un antes y un después de Miquel Poblet. El catalán ganó ¡20 etapas! y llegó como líder a Cerdeña, punto de salida de la edición del Centenario, la primera vez que el Giro llegó a la isla en 1961.
77 días de rosa. Hay un récord que no se romperá nunca. Pasarán los años y el nombre de Merckx no será borrado, ya que vistió 77 veces de rosa. La voracidad de Merckx contrarrestaba con la tenacidad de Gimondi, que siempre estaba ahí, por si “mi amigo Eddy” fallaba. Con 21 años, el belga se presentó al ganar en el Blockhaus en 1967 (se vuelve a subir) y un año después se impuso en las Tre Cime di Lavaredo y en el Giro. “Es mi mejor victoria”, ha confesado. Y eso tratándose del Caníbal es mucho.
‘La grande bellezza’. Roma, Siena, Agrigento, Pompeya... la belleza del país es inacabable pero no hay nada como la contrarreloj que en 1978 fue desde la iglesia de la Salud hasta la plaza de San Marco en Venecia. Fueron 12 kilómetros que encumbraron a Moser.
Indurain y el Mortirolo. Miguelón ganó tres Tours y dos Giros seguidos. Sin mácula. Sin flaquear. Parecía imbatible cuando se ponía a pedalear. Hasta que llegó a la estrecha carretera por el bosque del Mortirolo en 1994 (se sube en la etapa 16). Allí atacó Pantani y el navarro le dejó ir. Lo cogió en el descenso pero se olvidó de comer. Y en el Valico Santa Cristina se hundió. Le pasó Berzin. Indurain se hizo humano.
Ascenso y caída del Pirata. La tragedia del Giro es la de Marco Pantani. Con el pañuelo en la cabeza, en 1999 el italiano iba lanzado a por su segundo Giro. En el santuario de Oropa (se subirá en la etapa 14), el Pirata sufrió una avería. Queda descolgado. Pero se enfada y en 10 km únicos adelanta a todos para ganar. La victoria final estaba en el bolsillo pero el penúltimo día su nivel de hematocrito supera el límite y es obligado a abandonar. Ya nada sería igual.
Los reyes de la ‘volata’. Hay algo que les gusta más a los italianos que el mercato de fichajes, son las volatas. Mario Cipollini cambio la historia de los sprints con su famoso tren. Il Bello ponía a todo su equipo a tirar y él remataba el trabajo en los últimos metros. Así ganó 42 etapas. Su última participación fue en 2004 y vio como Alessandro Petacchi ganaba 9 etapas.
16 segundos. No es la distancia más corta por la que se ha decidido el Giro pero la forma en que Joaquim Rodríguez perdió el rosa en 2012 sí es la más cruel. Purito tenía medio minuto de ventaja antes de la última etapa. El de Parets, ligero, no aguantó ante el gigantón Hesjedal. Milán volverá a acoger otra crono al final.
UNA RIVALIDAD QUE AÚN DURA Fausto Coppi atacó a 192 kilómetros de meta para ganar en Pinerolo y sacarle 11 minutos a Bartali El Giro cumple en el 2017 su edición cien y lo celebrará con guiños a sus campeones: Coppi, Bartali, Merckx, Pantani y Nibali
Milán acogerá el último día una contrarreloj como la que le costó el rosa a Purito en el 2012