Airbnb emplaza al Ayuntamiento a emular a otras urbes y regular el sector
Airbnb quiere que el Ayuntamiento de Barcelona reconozca que el alquiler de viviendas para usos vacacionales es un fenómeno inevitable y que proceda de una vez por todas a su regulación. Fuentes de la compañía explicaron ayer que Airbnb está dispuesto a colaborar con las administraciones catalanas tal y como ya lo está haciendo en muchas otras grandes ciudades del planeta. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau responde a la plataforma que deje de marear la perdiz y sobre todo que deje de colgar anuncios de pisos turísticos que no tienen los correspondientes permisos, que lo que de veras le preocupa es la gentrificación que están sufriendo muchos barrios de la ciudad y poder garantizar el derecho a la vivienda.
“En Barcelona se celebra estos días un evento con representantes de varias ciudades para debatir sobre la gestión del turismo urbano –abundaron ayer fuentes de Airbnb–. Pero, pese a que Barcelona intenta posicionarse como líder en la regulación en el ámbito de la economía colaborativa, está a la cola de Europa en materia de soluciones y diálogos con las plataformas, así como en iniciativas normativas”. Airbnb destaca ciudades como Ámsterdam, Lisboa o París, y también otras 19 poblaciones francesas, ciudades donde se plantea la posibilidad de que la plataforma recaude la tasa turística. Se trata de una decisión muy importante. ¿Puede una administración cobrar un impuesto por una actividad ilegal? Además, otras ciudades tratan de establecer diferencias entre las actividades profesionales y no profesionales, consideran marcar una línea entre el alquiler de la vivienda habitual y el de las segundas o terceras residencias y determinar un número máximo de días de arrendamiento por año. El Ayuntamiento, no obstante, dice que no tiene competencias suficientes.
El miércoles, representantes de la compañía se reunieron con el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, y el gerente municipal Jordi Martí. Airbnb interpreta la presencia de Pisarello en este nuevo encuentro como un punto de inflexión en sus maltrechas relaciones. La plataforma espera que esta reunión marque el comienzo de una nueva conversación con las autoridades de la ciudad. Fuentes municipales responden que “Airbnb se comprometió a aportar alternativas concretas en aquellos barrios que están sufriendo una mayor presión turística y con más emergencia habitacional. Pero aún no lo hicieron, y en la reunión se lo recordamos”. El gobierno municipal advierte a Airbnb que si sigue colgando anuncios de pisos sin permiso le pondrá una multa de hasta 600.000 euros.